El fútbol nuestro de cada día

En cada derrota de la Selección Nacional en las eliminatorias o Copa América existe un conato para transformar estructuralmente nuestro fútbol que se queda en simples deseos, cambiando autoridades de acuerdo a estatutos que han dejado de tener toda legitimidad.

Empecemos con el estatuto de la FBF, donde el Congreso es la máxima autoridad, constituido por los 12 clubes de la Liga, 12 representantes de la ANF y los cinco miembros del comité ejecutivo. La primera gran aberración es que la ANF tenga 12 representantes con solo 9 asociaciones, con una paridad de votos con la Liga sin ningún sustento legal.

Este hecho es el principio de la corrupción en nuestro fútbol, en vista de que los 12 votos de la ANF van en fardo cerrado a las elecciones, mientras que los 12 clubes de la Liga no llegan a entenderse, presentando candidatos dispersos, lo que en síntesis nos demuestra que es la ANF la que elige al presidente de la FBF.

Manifestamos corrupción, desde el momento en que la ANF, a sabiendas que ninguno de sus miembros pretenderá asumir la presidencia de la FBF, pone en subasta sus 12 votos, buscando al mejor postor, además la hegemonía en el directorio con el presidente, el segundo vicepresidente y el secretario general, que de manera absurda asumen directamente esos cargos de acuerdo al estatuto de la FBF.

Escuchando actualmente al presidente en ejercicio de la FBF (Marco Peredo), lastimosamente no se vislumbrará ninguna transformación en nuestro fútbol, más por el contrario, será ratificado el mounstruo de tres cabezas: FBF, Liga y ANF.

A través de esta columna, trataremos de orientar a los dirigentes como deben transformar estructuralmente al fútbol. Para empezar la FBF debe ser la única cabeza y tener bajo su tutela al fútbol profesional, con los 12 clubes de la Liga y el fútbol promocional con la ANF que no beneficia en absoluto técnica como administrativamente a nuestro fútbol y de esa manera acabar con la nefasta Nacional B que agrupa a jugadores “muertos” de la Liga, jugando los partidos en un campo santo y no de fútbol; lo propio que restituir el límite de edad en los campeonatos de la asociación, al haber quedado postergados los semilleros de los equipos y escuelas de fútbol, quienes no tienen motivación a estas incongruentes decisiones que atentan al futuro del fútbol boliviano.

Hasta la próxima semana.