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Parejas

¿Cenamos en navidad con tu familia o la mía?

Emilio Sánchez Hidalgo


Juan Antonio y Marta no saben dónde van a cenar en Nochebuena y en Nochevieja. Tienen claro que quieren cenar juntos, pero no saben si acudirán a casa de los padres de él o de los padres de ella. “Cenen cada noche en un sitio”, dicen sus amigos, como si a la pareja no se le hubiera ocurrido esa solución tan sencilla. Pero no es tan fácil.

La familia de Juan Antonio, primos, tíos y abuelos incluidos, se junta en Nochebuena. Nochevieja apenas tiene importancia. La dinámica se repite en casa de Marta. Y es el primer año que están juntos, así que no se puede recurrir al “este año toca en mi casa que el pasado fuimos a la tuya”. “Es un rollo”, dicen Juan Antonio y Marta. Con circunstancias diferentes y dilemas parecidos, miles de parejas afrontan la Nochevieja y la Nochebuena como un posible problema.

Hemos consultado a psicólogos expertos en terapia de pareja y relaciones para saber cómo salir de este enredo. No hay una fórmula mágica, pero en mayor o menor medida la solución que nos plantean siempre es parecida: ser generosos. “Tenemos que ser capaces de relativizar las cosas. De salir de nuestros intereses y analizar la situación fríamente”, dice el psicólogo experto en relaciones Raúl Padilla.

Es normal que lo que quieras hacer en Navidad no coincida con lo que quiere tu pareja. Hay tantas posibilidades de que no encajen sus tradiciones que lo raro es que ninguno tenga que ceder. Volvemos a Juan Antonio y Marta: Nochebuena es la gran cena para las dos familias y, además, la de él es de Sucre y la de ella, de La Paz, lo que les dificulta pasar las fiestas juntos.

EMPATIZAR CON EL OTRO

Si para cada familia es importante una fecha, pues se reparte así sin tener que turnarse. Y todos contentos. Si el día navideño central para cada familia de la pareja coincide, un año en tu casa y otro en la mía. “Es lo más habitual”, dice Padilla, pero, ojo, llevar la cuenta sin pensar en las circunstancias de cada año puede ser un problema: “Hay que valorar cada situación en el presente. Tenemos que ser capaces de empatizar con el otro”, dice la psicóloga especialista en conflictos emocionales, Sheila Estévez: “Si hay un familiar que podría faltar pronto, sería razonable acudir a esa casa”.

Otro escenario habitual es que la Navidad sea importante para un miembro de la pareja y que al otro le dé completamente igual. En ese caso, no pasa nada por repetir con la misma familia cada año. “Es una solución para el problema. Todas las navidades con una familia y, para la otra, ya se encontrará otra tradición”, opina Padilla, mientras que Estévez destaca la importancia de “valorar la importancia de las fiestas si le importan a nuestra pareja”.

También es importante dejar el tema hablado con tiempo. Según la psicóloga, no es una conversación que haya que dejar para el 23 de diciembre: “Hay que pactar con antelación qué tiempo pasar con cada familia, cómo organizarse, qué eventos haremos en casa de la propia familia y cuáles en casa de la familia de nuestra pareja”. Estévez apuesta por encontrar “el desencuentro más positivo”.

La psicóloga experta en relaciones Margarita Torra cree que este acuerdo debe resultar “sencillo” y que los posibles cambios de año en año “no tienen por qué ser dramáticos; todo depende del grado de flexibilidad de las personas”.

NO HAY MANERA DE ENCAJAR. ¿QUÉ HACEMOS?

“Si las tradiciones no nos sirven como queremos, son inútiles. Mejor evitar una tradición que nos imponga un conflicto en vez de un refuerzo de la pareja”, dice Padilla. Si juntarse en Nochebuena o Nochevieja es un problema, no pasa nada por celebrarlo separados, cada uno con su familia. “Es una posibilidad dentro de todas las existentes. No hay problema si ambos miembros de la pareja piensan igual”, añade Estévez.

“La Nochebuena y la Nochevieja (o la Navidad, año nuevo y Reyes) no tienen por qué ser la tradición compartida con tu pareja. Ya lo es con el resto de tu familia, pero tu tradición navideña con tu novio o novia puede ser otra”, indica Padilla. Procura que no coincida con otra tradición familiar. Si vuelve a pasar, ya es culpa tuya.

La Navidad tensa las emociones y crea problemas de pareja durante estos días. La Navidad, según Padilla, es “un acto político; se revisa todo el régimen familiar. Puede ser una fecha para el encuentro o el desencuentro. Mejor optar por lo primero”. “A ver, si nos cuesta ponernos de acuerdo en nuestro día a día, cómo no nos va a pasar en Navidad. Son días de mucho estrés en los que cuesta encajarlo todo”, indica Estévez.

En todo momento hemos abordado cómo repartir la agenda familiar de la pareja en Navidad, pero hay otra opción con muchos adeptos: pasar estos días en pareja sin la familia. “Una pareja puede organizarse unas vacaciones navideñas que impidan asistir a las fiestas familiares sin tener que sentirse culpables. ¿Tienen la obligación de sentir el mismo deseo de juntarse todos los miembros de una familia?”, se pregunta Torra. Pues no.

 
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