Las lesiones no ayudan

La selección alemana de fútbol vive pendiente del tobillo de Bastian Schweinsteiger, que parece no atravesar un buen momento en el conjunto de Joachim Löw pese a que participó con buena nota en todos los partidos de la Eurocopa.

Es un jugador básico en el esqueleto táctico del técnico germano. Junto a Sami Khedira es el eje principal del círculo del centro del campo desde donde la maquinaria alemana comienza a funcionar, sin embargo, Schweinsteiger no aparenta demasiada alegría y las lesiones no ayudan.

Esa melancolía que irradia crece con sus problemas físicos. El estado del jugador del Bayern de Múnich es un tema recurrente en la concentración de Alemania, en la ciudad portuaria de Gdansk, al norte de Polonia.

Esta temporada sufrió un calvario con las lesiones que disminuyó sus prestaciones. Una rotura de los ligamentos del tobillo, una fractura de clavícula y una lesión en el muslo dejaron fuera de juego durante meses al medio alemán. Incluso se llegó a dudar de su presencia en la Euro.

“Necesitamos a Bastian Schweinsteiger a su mejor nivel. Estamos en las semifinales del Campeonato de Europa. Es un jugador con experiencia y conoce bien su cuerpo. Sería importante que pudiera jugar”, declaró el capitán Philipp Lahm.

El protagonista, en una entrevista publicada ayer en el diario Welt, creó cierta inquietud sobre su estado físico. “Para ser honesto, mi tobillo me preocupa. No se curó bien”, afirmó sobre la lesión que sufrió en el mes de febrero.

“No es una cuestión de resistencia. Se trata de pequeños movimientos en el partido, de la explosividad en la carrera. Antes del encuentro contra Grecia sólo pude realizar la última parte de la sesión de entrenamiento”, agregó. EFE