23 de Marzo de 1879

Eduardo Abaroa, defensor de Calama



Abaroa nació en San Pedro de Atacama, el 13 de octubre de 1838.

Este día ha sido instituido como el Día del Mar, en conmemoración a la heroica defensa de Calama por parte de un puñado de patriotas encabezado por don Eduardo Abaroa Hidalgo, cuando Chile inició su agresión militar para apoderarse del territorio del Litoral, el cual le permitía acceder jurisdiccionalmente al océano Pacífico.

Abaroa nació en San Pedro de Atacama el 13 de octubre de 1838 y murió en Calama el 23 de marzo de 1879. El Héroe de Calama era un contador y empresario que trabajaba en una mina de plata, localizada en el departamento del Litoral, territorio perteneciente en esa época a Bolivia, que formaba también parte de la efímera Confederación Perú-Boliviana.

En esa época Calama era un pequeño pueblo de paso de caravanas de ganado y minerales. Abaroa poseía tierras de pastizales y vegas que eran utilizadas para el ganado y producción de alfalfa.

Pertenenciente a la familia Abaroa, una familia tradicional de la zona precordillerana de San Pedro de Atacama, era hijo de Juan Abaroa y de Benita Hidalgo, siendo el tercero de cuatro hermanos: Guadalupe, casada en 1850 con Mariano Franco Acuña; Ignacio (n. 1833), casado con Francisca Angulo Almendares; e Irene (n. 1842), casada con Juan Bautista Ascárate Trujillo.

Don Eduardo Abaroa se casó con Irene Rivero Pachas, con quien tuvo cinco hijos: Andrónico, Eugenio, Amalia, Antonia y Juan Eduardo.

Tras el estallido de la Guerra del Pacífico, en 1879, se incorporó voluntariamente a las tropas bolivianas. Durante la invasión chilena lideró la resistencia civil en la batalla de Topáter, acción en que perdió la vida.

En la actualidad, es considerado uno de los más importantes héroes bolivianos de la Guerra del Pacífico y fue póstumamente reconocido con el grado de coronel.

Eduardo Abaroa Hidalgo fue el primero de los civiles en ofrecerse como voluntario al abogado y coronel de milicias Ladislao Cabrera. Se convirtió en su brazo derecho para los preparativos de la defensa.

Durante la batalla de Topáter (23 de marzo de 1879), el primer choque armado de la guerra, el coronel Abaroa era parte de una fuerza boliviana excedida en número, cuya misión era defender un puente (actual puente Topáter) que cruza sobre el río Loa y era la vía de acceso por el lado sur a la ciudad de Calama.

Eduardo Abaroa no fue militar en vida y su título de coronel fue otorgado post mortem por el estado de Bolivia, en reconocimiento de su entrega y valor demostrada en defensa del territorio patrio. En ese entonces, San Pedro de Atacama era un cabildo y/o departamento de Bolivia.

En homenaje a su memoria, en el país hay provincias, escuelas, líneas de transporte público y organizaciones sociales que orgullosamente llevan su memoria.

 
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