Definición de límites territoriales

En cada gobierno y desde hace muchos años, surgen problemas por reclamos de límites planteados por autoridades de diversos sitios del país y que alegan que la provincia o el departamento colindante “se apodera de tierras” que pertenecen a uno u otro.

Muchas veces en el pasado se ha expresado el criterio de que sea el Instituto Geográfico Militar, conjuntamente comisiones especiales del Poder Legislativo, los que estudien el caso de límites territoriales que solucionen problemas que, a veces, adquieren gravedad; pero los buenos propósitos no sirvieron más que “para contentar” momentáneamente a los reclamantes y dejarlos con la promesa de futuros arreglos que nunca llegan.

Conforme pasa el tiempo, municipios cantonales reclaman derechos para el cobro de impuestos; señalan que son ellos los que deben controlar el crecimiento y progreso de sus pueblos o provincias; que ellos “deben planificar su desarrollo” -lo que nunca hacen- y que la ciudad o el pueblo vecino les obstaculiza porque “se apropiaron indebidamente de lo que a ellos pertenece”.

El concepto de integración y de unidad, de confraternidad entre todos los bolivianos lamentablemente no existe para pobladores de pueblos y vecindades rurales que exigen el reconocimiento de “fronteras” internas en departamentos o provincias.

Todos estos reclamos y planteamientos muestran que habría muchas falencias en el aspecto topográfico de fijar límites en cada departamento creándose problemas que no deberían adquirir ninguna gravedad. Para los municipios de las ciudades o las gobernaciones (prefecturas) tampoco parece haber urgencia de solucionar el problema y dejan que las políticas del “dejar hacer y dejar pasar” deben regir sus políticas y, cuando los reclamos adquieren dureza, recién buscan soluciones que tampoco encaran los problemas.

Es el Poder Legislativo, en conjunción con gobernaciones y alcaldías de provincias, los que deberían solucionar este tipo de problemas con los estudios y planificación necesarios; de otro modo, todo adquiere gravedad y los que pierden son los propietarios de fundos, tierras, haciendas y pueblos en que habitan muchas personas y se ven enredadas en juegos de descuido e irresponsabilidad demostrados por autoridades de niveles superiores y menores.

Son posibles las soluciones cartográficas en todo el país; pero es preciso la adopción de medidas y propósitos que permitan dialogar, concordar y acordar remedios con base en planificación anterior -muchas que tienen décadas- y definir los espacios fronterizos que corresponda, especialmente cuando se pierde totalmente el sentido de unidad e integración nacional que exige el pueblo, concretamente cuando no se trata de definir límites territoriales entre naciones sino entre departamentos, ciudades y provincias sobre la base de conciencia de país y elemental sentido de responsabilidad.