¡Qué mala pata!

La corresponsal de esta columna periodística en el Palacio Real de la plaza Murillo me informó con lágrimas en los ojos que el Presidente Vitalicio no anda bien.

Con una pizca de sarcasmo respondí a la cholita valluna que hace mucho tiempo yo sabía que nuestro mandamás no andaba muy bien, aunque siempre preferí echarle la culpa de sus malos pasos al vicepresidente García Linera o a su Ministro de la Presidencia.

Mi pichón de periodista, o mi pichona lamentó que yo no tomase más en serio los pasos que da el presidente Evo, aumentando Macacha el volumen de sus sollozos, lo cual me inclinó a tomar más en serio el dolor de mi interlocutora.

Con sincero respeto le pedí a mi comadritay que me explicase el porqué de sus lágrimas al saber que el hermano Evo Morales no andaba bien. Entonces, con voz sincera y doliente me explicó que su ídolo no andaba bien porque la lesión que sufrió en una de sus rodillas había recrudecido, recetándole los doctores que volviera a guardar reposo y que tal situación le causaba mucha pena.

Entonces, espontáneamente y sin asomo de mala leche dije: “Qué mala pata tiene nuestro Presidente porque a ese paso tendrá que gobernarnos con la ayuda de un bastón o lo peor sería que nos gobierne ayudado por un burrito”.

Sin darse cuenta de que yo me refería a esa ayuda ortopédica, la cholita nacida en Quillacollo me dijo: “Va usted a saber, compadre, que mi adorable jefecito gobierna colaborado por veinticuatro ministros que manejan con destreza sus cuarenta y ocho pies, lo que me permite asegurarle que los bolivianos podemos están confiados en contar con un buen gobierno, aunque nuestro Presidente nos gobierne con una sola pata”.

Esta conversación acerca de la mala pata o la pata mala del señor Presidente fue muy instructiva, pues la cholita valluna me aseguró que el presidente Evo, a pesar de sufrir algunos contratiempos por su mala pata, tiene buena suerte o buena pata porque sus partidarios le han asegurado que gobernarán con Evo hasta el año 2030, lo cual causó mucha alegría a mi comadre Macacha y mucha preocupación a muchos sectores de nuestra nación.

Como yo tengo buena pata, me “tinka” que mi comadritay me invitará a Cochabamba, pues la “mala pata” de Evo le obligará a gobernar Bolivia desde la “llajta”.