El rigor de la justicia para alguno

Entre los hechos pintorescos que suceden en nuestro “typical país” está la existencia de un Ministerio de Justicia que seguramente cuenta con la asistencia legal de algunos viceministros y una docena de asesores legales, no siendo esa repartición burocrática la que nos invita a sonreír, sino también otras, como la Dirección de Aduanas, en un país donde el número de contrabandistas supera el millón de ciudadanos.

Sin embargo, no quiero apartarme del tema que me propuso mi discípula periodística, la cholita cochabambina, quien dando por concluidos sus festejos del 14 de Septiembre, me invitó a internarnos en las aguas procelosas del mar de la llamada “justicia boliviana”, célebre ya hace dos siglos, cuanto ya tenía fama; junto a ciertas características de la deslealtad de ciertos peruanos y la coquetería de las chilenas que venían a trabajar en algunas ciudades bolivianas, como La Paz, Oruro y Uyuni.

La llamada “justicia boliviana” es de una crueldad infinita para los ciudadanos bolivianos que caen en sus celdas, porque la fatalidad se ensaña casi siempre con personas que pertenecen a grupos adversarios de quienes gobiernan nuestro país.

Como mi comadre Macacha no tiene pelos en la lengua, me dijo con voz muy clara: “Le estoy hablando de un amigo suyo, de don Leopoldo Fernández, quien fue Prefecto de Pando (lo que ahora se dice Gobernador), que cuando aún ejercía su mandato se produjo en Porvenir un encuentro armado. A pocos días de aquel suceso, fue detenido y encarcelado don Leopoldo… eso hace ocho años, mientras que sus enemigos pretenden que su detención sea perpetua…”. Así habló la valiente cochabambina.

También me narró otros casos como el del Dr. León, quien fue abogado de la famosa Gabriela Zapata, ex-novia del presidente Evo, él también constituye un testimonio vivo de la crueldad de la justicia boliviana, mientras escuchamos impasibles hablar de un Tribunal Constitucional, de un probo Fiscal General, de otros no menos probos fiscales, jueces y policías incorruptibles.

Fue la periodista cochabambina Macacha viuda de Racacha quien consideró una burla y una afrenta para todos los ciudadanos bolivianos escuchar todos los días acerca de la existencia de una Ministra de Justicia, varios viceministros, mientras algunos habitantes sufren de encierro perpetuo.

La cholita cochabambina nacida en Quillacollo me dijo al concluir su alegato: Señor Juez, Señor Juez, se hará justicia etcétera, etcétera.

Contestándole yo con mi latinajo preferido: Per sécula seculórum, amén.