La sequía causa graves problemas

El territorio boliviano está sufriendo una sequía de creciente intensidad y los pronósticos de los meteorólogos y agricultores aseguran que podría agravarse con los efectos consiguientes, en especial en la economía, aspecto que ha causado la preocupación de las autoridades estatales, en particular del Ministro de Hacienda, quien dijo que presagios se ha visto y podría producirse un descenso en el crecimiento económico del país.

La historia de las sequías en lo que ahora es el espacio boliviano revela que se produjeron desde tiempos de la civilización aymara, previos a la conquista de los incas y desde entonces adquirieron carácter cíclico que se estaría por repetir. Al respecto, una gran sequía se habría producido a mediados del Siglo XII, la misma que duró nada menos que cuarenta años. Otra gran sequía se produjo a partir del año 1800 y duró cuatro años, la misma que fue seguida por la sequía de 1875-1880, hasta registrarse la falta de lluvias entre los años 1980-85. Ese ciclo estaría por reanudarse al presente.

En efecto, desde agosto del año pasado dejó de llover y ese proceso se fue acentuando en este año, a tal extremo que apenas llovió los meses lluviosos de enero y febrero y no nevó en forma normal en junio y julio. Lo más notable fue que no llovió durante los días de la feria de Alasita (que comienza el 23 de enero) lo que hizo decir a los yatiris del altiplano que se trataba de un anticipo del “castigo del Ekeko” y que vendrían días nefastos. Por otro lado, algunos meteorólogos aseguran que observaron en el horizonte extraños colores en las nubes del crepúsculo, resultado de cambios climáticos en la región y augurios funestos.

La sequía registrada este año ya causó grandes perjuicios a la agricultura oriental y occidental. Se anunció pérdidas por más de 500 millones de dólares y el gobierno dictó una docena de decretos para atender el problema. Sin embargo, pese a todo, la sequía continúa de manera implacable y los campos se siguen secando. Para este año, la agricultura está perdida. Es más, ni aunque llueva en próximas semanas, podrán recuperarse los cultivos y ya es muy tarde para hacer siembras.

Una grave situación encara, pues, el país. Así han anotado los agricultores indígenas que han empezado a subir los precios de sus productos ya que practican al día la ley de la oferta y la demanda. Sin embargo, esa situación no se reflejó en las ciudades, ya que el gobierno importa alimentos en cantidades que llenan el mercado y autorizó la importación libre de toda clase de alimentos, política que, sin embargo, es de ruinosas consecuencias. De otro lado, los decretos dictados para enfrentar la sequía no son aplicables o no tienen efecto.

En todo caso, la sequía seguirá alterando la economía del país, en particular de los campesinos y las poblaciones urbanas. Es más, podrá afectar aún más al PIB y justificar el no pago del “segundo aguinaldo”.