“Podemos ayudar a nuestro cuerpo con una sugestión apropiada”

Con más frecuencia de la que podamos admitir, nuestro cuerpo necesita ayuda y nosotros, como seres conscientes, podemos proporcionarle esa ayuda hasta lograr revertir la situación dolorosa en una situación exitosa o en una situación mejor.

Tuve un dolor en mi muslo izquierdo por una situación de herpes que contraje por el estrés excesivo y el dolor, muy fuerte por cierto, no disminuía, aparte del tratamiento médico que me proporcionó un pariente muy querido que es médico, tuve que usar la sugestión o los ejercicios de sugestión y con estos ejercicios, el dolor fue disminuyendo gradualmente y utilicé dos sugestiones para lograr esta mejora, esas dos sugestiones fueron:

”Cada día, en todos los sentidos, llego a estar mejor, mejor y mejor” y la segunda: “el alivio y el bienestar están entrando en mi muslo izquierdo”.

Los ejercicios de sugestión tienen un poder gradual pero seguro y si persistimos en la práctica de estos ejercicios podemos lograr alivios y mejoras sustanciales en el alivio de algunos dolores corporales que suelen ser de carácter mental, emocional o sicosomático.

La sugestión “el alivio y el bienestar siguen entrando en mi muslo izquierdo” que yo utilicé para mejorar esa situación, usted, querido amigo puede utilizarla haciéndole un ligero cambio para mejorar o fortalecer cualquier parte de su cuerpo que sienta débil o sin fuerzas.

Una amiga que tenía largo tiempo de tener un pequeño dolor en la espalda baja comenzó a hacer sus ejercicios de sugestión con el siguiente modelo mental:”La fuerza vital y el alivio están entrando en mi espalda baja” y a las dos semanas de hacer sus ejercicios, tres veces al día por un tiempo de cinco minutos, su dolor desapareció y su bienestar había sido restablecido.

Otra cualidad de los ejercicios de sugestión consiste en el poder de borrar creencias negativas o condenatorias.

Existen muchos pensamientos tan negativos que funcionan como sentencias en contra de sí mismos, algunos ejemplos podrán darnos una idea de cómo son ese tipo de pensamientos perniciosos: Nunca lo hago bien, jamás podré lograrlo, no me gusta leer, esto es algo que jamás podré perdonar, nada me sale bien, no tengo el coraje de hacerlo, tengo mucha vergüenza para estudiar, nunca lo entenderé etc.

Cuando detectemos una creencia tan negativa como las de los ejemplos o algunos parecidos podremos disolverlos de la siguiente manera: “Esta creencia condenatoria o de cierre se está disolviendo, por completo y para siempre”, debe repetir en voz alta, con el cuerpo recostado por cinco minutos, tres veces al día su creencia negativa se borrará; nos vemos en el artículo de mañana.