Un gran concierto de La Sinfonik

En los últimos años, varios grupos orquestales de música clásica ofrecen al público de La Paz muchos conciertos, sinfónicos, de cámara y corales, incluidas voces de varios cantantes.

Hace poco, con el título de Rusia Mágica, la Orquesta “La Sinfonik” nos ha deleitado con un magnífico concierto, bajo la dirección de Gastón Arce Sejas, con una fluida y delicada ejecución. Comenzó con el Nocturno para cuerdas de Alexander Borodin, del “Grupo de los Cinco”, que en su tiempo lideró la música rusa, bastante conocido entre nosotros por las Danzas Polovtsianas de “El Príncipe Igor” y por “Las estepas del Asia Central”. Esta interpretación matizada con el suave y melódico seguimiento del chelo, satisfizo al auditorio que llenó la iglesia completamente.

Siguió la Serenata para cuerdas de Tchaikovsky, deliciosa y melodiosa composición en que los movimientos del Tempo di valse y Elegie tuvieron lucimiento, principalmente en este último, en el que el concertino Alexander Lapich y el chelo de Andrea García, que parecían dialogar armoniosamente, despertaron honda emoción por su profundo lirismo.

Finalmente, como segunda parte, escuchamos Cascanueces, infaltable ballet con que se suele obsequiar a los niños en Navidad. La orquesta en esta parte tuvo un desempeño grácil, bello y tiernamente equilibrado, con pulcritud en sus diferentes danzas, para concluir en el armonioso Vals de las flores. Todo el concierto fue dirigido por el maestro Gastón Arce Sejas con prestancia y soltura.

En general las presentaciones de las orquestas y grupos de música clásica constituyen un invalorable esfuerzo de sus componentes que por la irrupción de su talento se presentan ante un público cada vez más numeroso de la ciudad de La Paz, que no obstante las dificultades de su entorno, sigue siendo el ambiente más culto del país. Aquí las autoridades y políticos son los únicos ciegos y sordos que no captan ni perciben esa eclosión de entusiasmo, de talento y de interés que existe no solo en La Paz, en Bolivia toda, para el cultivo de la música clásica. Pero cómo se desaprovecha los ingenios y se pierden la pasión y la vehemencia de tantos que buscan y esperan una oportunidad y los medios para dar rienda a sus adormecidos ímpetus artísticos.

Por otro lado, hay que admirar y aplaudir a los directores, a los actores y gestores del arte, que desde el llano hacen filigranas para descubrir y llevar adelante emprendimientos de jóvenes que quieren descubrir ellos mismos sus dormidas habilidades, como la Sra. Rita Calvo Soux en el caso de La Sinfonik, los Vera, los Arce y tantísimos que impulsan la difusión de la música clásica, que sería bueno enumerarlos a todos para que reciban el reconocimiento público.

Para un desarrollo pleno de la actividad musical, cuánto necesita La Paz tener un Gran Teatro, por el que venimos reclamando en todas nuestras notas y soñamos y hacemos soñar con que, de una vez, se destine el sitio donde está el Panóptico de San Pedro para tan excelso fin, solo así dejarán de deambular las orquestas de un lugar a otro para ofrecer sus conciertos.

bdlarltd@hotmail.com