OPINIÓN    

Primero Bolivia

Luis Aguilar Peñarrieta



Bolivia, país de grandes proporciones económicas, de riqueza en casi todos los rubros, en la minería, gas, petróleo, explotación agrícola, etc., y un sinnúmero de producciones, tiene problemas casi sin solución. Vemos con dolor y pena que gobierne quien gobierne el Estado, ya sea el llamado de izquierda (que en realidad nada tiene de izquierda), de derecha o de cualquier nivel que sea, siempre tendremos muchos problemas. No hay ni un poco de meditación entre quienes desean gobernar y, por ende, en sus seguidores, y menos en quienes no ingresaron a la gran distribución de “pegas”.

Estamos en una etapa demasiado riesgosa en cuanto a la salud, a los medios de subsistencia, pero continúan las presiones de todos los sectores, no importa el color, nunca se estará satisfecho. En la actualidad vemos con escepticismo que se logre una solución, pues todos quieren gobernar, la crisis aumenta, la extrema mendicidad crece, faltan hospitales, fuentes de trabajo, falla la dotación de fármacos, y una cadena de problemas que de inmediato no tienen solución. Pero tenemos que presionar por cualquier motivo, después de las elecciones habrá unos meses de calma, porque esperan lo prometido con grandes discursos, ofrecimientos, pero cuál es la situación de país cuando no existen los medios para solucionar la crisis que se ha producido, ¿se recurrirá a incrementar la deuda externa? ¿La empresa privada pronto podrá nivelar su situación?, ¿se podrá crear fuentes de trabajo suficientes?, la mediana y la pequeña empresa perdieron su capital, se dice que volveremos a la normalidad en cuanto a sistema de vida cotidiana, ¿el Covid-19 saldrá del país con un nuevo gobierno?

Tendremos que seguir escuchando barbaridades, de ciertos sectores que dicen que el virus fue importado del Imperio, o que se busque un acuerdo para que solo dure hasta diciembre. La gente no se cansó de hablar incoherencias, solo por el deseo de ser parte de un grupo o del otro, para tener cabida en sus cuadros, donde se cree que el discurso dará mucha ventaja a su sector. Esto a la generalidad de la gente citadina no le interesa, lo que sí interesa es la paulatina normalización del sistema productivo, educativo, etc.

En todo este maremágnum de cosas y casos solo pretenden originar una visión negativa de Bolivia ante diferentes países del mundo, que sufren por la pandemia, tal vez con mayor gravedad que en el nuestro. Pero esos países muestran una disciplina diferente, al tomar conciencia de que el mal mundial solo será erradicado cuando exista la vacuna, y se mantenga la disciplina en el cuidado para evitar el contagio. Sin embargo esta no es la solución, seguiremos con marchas, paros, huelgas de hambre, bloqueos y no se sabe cuántos inventos más, para ir contra un gobierno, actual o futuro, pues parece todo negativo, todo por conseguir mayores medios de ingresos y por deseos de poder.

Creo que aquí habrá que recordar el título del libro de Alcides Arguedas, “Pueblo enfermo”, enfermo porque nada quiere resolver y continúa con presiones, maldad, venganza. Está enfermo por la política mal encaminada y por la ambición de unos cuantos o de cualquier sector, que presionan por todo y por nada, además de exigir solución según sus intereses en todos los niveles, y de inmediato. Pero la reducción de las unidades de producción o la quiebra o cierre de las mismas, nos da sensiblemente una imagen muy diferente de la realidad, se va reduciendo el sistema económico del país. Faltan ideas ciertas que puedan ser aplicadas efectivamente.

En caso contrario, podríamos relacionar todo a una famosa frase de Víctor Paz Estenssoro: “Bolivia se nos muere”, la causa es notoria, gran despilfarro de recursos, corrupción en todos los niveles, del cual ninguno escapa, hasta se ha perdido los más elementales principios de respeto, no interesa nada a nadie, solo salir de los problemas creados por la pandemia y las exigencias forzosas de moros y cristianos, en cuanto a recursos para subsistir.

Es tiempo de razonar y pensar en una nueva Bolivia productiva, sin colores políticos y sin resentimientos. La Patria debe salir hacia adelante para recuperar su insignia mundial, podemos hacerlo, utilizando un tiempo de esfuerzo y erradicando todo lo negativo. Queremos algo bueno para dejar a las nuevas generaciones, debemos ser grandes en cuanto al ordenamiento, en cuanto a todos los problemas sociales que se presenten, sin que los mismos solo correspondan a presiones. Primero Bolivia, después Bolivia y siempre Bolivia.

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