Ciudadanos ponen en riesgo sus vidas por no respetar las normas viales

Transeúntes cruzan por la calzada esquivando motorizados, mientras que los choferes no respetan los puntos de parada ni los pasos de cebra establecidos por la comuna y Tránsito.


Los burros y las cebras son muchas veces golpeadas con los motorizados de choferes imprudentes quienes no toman en cuenta la integridad física de los educadores viales.

En un recorrido que realizó EL DIARIO, por diferentes sectores de la avenida 6 de Marzo, se pudo constatar que los ciudadanos alteños continúan obviando las principales normas de vialidad exponiendo su integridad física e incluso su vida.

Entre las faltas más consecuentes están el rechazo al uso de las pasarelas, pasar de acera a acera cuando la luz del semáforo está en verde, pasar entre los motorizados y no usar los pasos de cebra, entre otros.

Por su parte, son también innumerables los conductores que no respetan las normativas de Tránsito atentando contra la integridad de los peatones, entre ellas podemos señalar que paran en cualquier sector de la calzada dejando a su suerte a sus pasajeros, pasar las intersecciones de las calles en luz verde y no respetar tampoco el paso de cebra.

Según los educadores viales conocidos como cebras y burros, el trabajo que les toca realizar es demasiado pesado ya que a diario deben aguantar los insultos y mal genio, principalmente de los transportistas.

Uno de los trabajadores viales relató que los conductores los agreden verbalmente con palabras irreproducibles cuando ellos les reclaman y les piden que respeten las normas. Asimismo, algunos malos conductores los habrían empujado con sus motorizados causándoles incluso daño.

“A mí me riñen cada día, más que todo los choferes, porque nosotros con nuestras piruetas intentamos pedirles que no sean como el burro, porque el burro no entiende nada, pero nos agreden e incluso nos empujan con sus motorizados”, contaba Marco J.

Entretanto, algunos efectivos del Organismo Operativo de Tránsito (OOT) poco o nada colaboran con los educadores viales, puesto que algunos pierden su tiempo charlando con sus compañeros o persiguiendo a un infractor específico dejando de lado su trabajo y provocando más congestionamiento.

No obstante, cabe resaltar el trabajo de otros efectivos del orden, varones y mujeres, quienes en sol, lluvia, calor y frío hacen todo lo posible para hacer mantener el orden en la urbe alteña.

Además, EL DIARIO consultó a algunos transportistas del porqué de su accionar y ellos echaron la culpa a los pasajeros puesto que arguyeron que quieren quedarse a media calle. Señalaron que no todos agreden a las cebras y burros, son sólo algunos que son malhumorados.

“Los pasajeros no tienen respeto, si fuera posible ellos se hacen llevar hasta la puerta de su casa y tampoco es así, a veces paramos en las esquinas, pero no avanzamos ni dos metros y hay otro que quiere quedarse, la gente es muy cómoda, a veces ven el semáforo rojo y prefieren quedarse en media calzada y no esperan las paradas eso escapa a nuestra responsabilidad, cuando no paramos ya nos agreden a nosotros. Y de las cebras y burros hay conductores que si trabajan con mal humor pero no somos todos, más bien ellos nos hacen reír con lo que hacen”, explicó José Mamani.

Por otra parte, fue difícil hablar con los transeúntes que exponen su vida pasando de frente a frente cuando la luz del semáforo está verde, uno que otro dijo no poder subir las gradas por enfermedad en las piernas, otro dijo que nadie respeta los pasos y otros simplemente señalaron no tener tiempo para esperar la luz roja o utilizar las pasarelas.

Sin embrago otras personas mencionaron que es necesario tomar conciencia y que las autoridades de Tránsito y Alcaldía comiencen a tomar medidas también contra los peatones.

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