Los cuásares

Al ex­plo­rar los con­fi­nes del Uni­ver­so en un in­ten­to de co­no­cer el ver­da­de­ro ori­gen del mis­mo, en los años ‘60, en Aus­tra­lia, el ra­dioas­tró­no­mo Cy­ril Ha­zard y dos co­le­gas de­ter­mi­na­ron las coor­de­na­das exac­tas de una po­de­ro­sa ra­dioes­tre­lla ca­ta­lo­ga­da con la si­gla 3C-273, era el pri­mer Cuá­sar des­cu­bier­to por es­te gru­po de cien­tí­fi­cos. Des­de en­ton­ces se iden­ti­fi­ca­ron otros. Pos­te­rior­men­te se pu­do con­fir­mar que en el es­pa­cio ex­te­rior exis­ten otros cuásares cu­yas imá­ge­nes se pa­re­cen más a las es­tre­llas que a otros as­tros. Es­tos cuer­pos emi­ten una luz tan in­ten­sa que ha­cen su­po­ner que se ha­llan a mi­les de mi­llo­nes de años luz de no­so­tros. Es de­cir, son los cuer­pos más le­ja­nos que se han de­tec­ta­do has­ta ho­ra.

Al ser me­di­dos por los as­tró­no­mos, se des­cu­brió que al­gu­nos son bas­tan­te pe­que­ños en com­pa­ra­ción a una ga­la­xia, pe­ro que emi­ten una luz ro­ji­za tan in­ten­sa que su­pe­ran en lu­mi­no­si­dad a las ga­la­xias.

Se los de­no­mi­nó cuá­sa­res, que es una abre­via­ción de­ri­va­da de la ex­pre­sión in­gle­sa Qua­si Ste­llar Ra­dio Sour­ce. Es de­cir, cuer­pos cua­si es­te­la­res. Se cree que los cuá­sa­res na­cen de la co­li­sión de dos ga­la­xias, es­ta teo­ría ha si­do con­fir­ma­da con las imá­ge­nes en­via­das por el te­les­co­pio es­pa­cial Hub­ble.

Su ex­traor­di­na­ria lu­mi­no­si­dad po­dría ser a la pre­sen­cia de un “agu­je­ro ne­gro” en el cen­tro del mis­mo. La ma­te­ria ga­seo­sa que lo ro­dea, que gi­ra muy rá­pi­da­men­te, al­can­za ele­va­das tem­pe­ra­tu­ras de­bi­do a las fric­cio­nes y tur­bu­len­cias. De ahí, la ra­dia­ción tan in­ten­sa que emi­ten los cuá­sa­res. Ade­más, su ra­dia­ción es va­rios mi­llo­nes de ve­ces más in­ten­sa que la del Sol.

Si bien han si­do ob­ser­va­dos des­de ha­ce tiem­po, es­tos cuer­pos es­te­la­res aún no han si­do es­tu­dia­dos y com­pren­di­dos en esen­cia. Los as­tró­no­mos su­po­nen que se tra­ta de ga­la­xias en for­ma­ción o de res­tos de las mis­mas, que al fi­nal son en­gu­lli­das por un gran “agu­je­ro ne­gro”. Por el mo­men­to no se co­no­cen otros cuer­pos tan le­ja­nos y con tan­ta lu­mi­no­si­dad que los cuá­sa­res, y las ga­la­xias no se­rían otra co­sa que res­tos de cuá­sa­res; pe­ro el enig­ma per­du­ra.

El cuá­sar más le­ja­no que se ha cap­ta­do has­ta aho­ra se en­cuen­tra a una dis­tan­cia de 9.000 mi­llo­nes de años luz de nosotros.