Regalos a subalternos

Mi pariente espiritual y este desafortunado periodista comentamos alborozados la buena suerte de nuestro presidente Evo, quien nos hizo conocer el crecimiento de su patrimonio gracias a los regalos que recibe del pueblo que lo ama y la inexistencia de gastos en su presupuesto, pues es soltero y sin compromiso.

Esta singular forma de ahorrar e incrementar su patrimonio llevó a la cholita cochabambina a decirme que -probablemente- el presidente orureño sea uno de los solteros, o solterones más cotizados del país, teniendo en cuenta que el Vice ya entregó la herramienta a Venus.

Como no me gusta meterme en vidas ajenas, hice poco caso de los comentarios de mi comadre, pero ella insistió en el tema y haciéndose la tonta (que de tonta no tiene un pelo), me preguntó qué relación existe entre patrimonio y matrimonio, respondiéndole que sabía nada al respecto, y fue ella misma la que me dio la respuesta: “Patrimonio es el conjunto de bienes que alguien posee y matrimonio es el conjunto de males que se encarga de disminuir o liquidar al primero”.

Volviendo al tema principal, la cholita me manifestó su desacuerdo con el Presidente, cuando éste quiere convencernos de que los regalos que recibe son manifestaciones del afecto popular y que nada tienen que ver con los negocios del Estado.

Esa opinión me dio la oportunidad para decirle que nuestra legislación prohíbe a un gobernante recibir obsequios, abarcando en este término al Presidente y a toda su corte de colaboradores: ministros, viceministros, legisladores y “tucuimas”, que es palabra quechua.

Quise contarle que en Estados Unidos fue condenada moralmente la esposa del presidente Nixon por aceptar un regalo de pieles, pero preferí callar porque Macacha me habría dicho que no son la misma cosa las pieles que centenares de ponchos de alpaca y vicuña tejidos por manos aymaras o quechuas.

Hasta que al fin, la cholita cochabambina soltó la pepa y dijo: “Ya no hablemos de Evo, sino de los subalternos que son muchos y seguramente merecen regalos porque son los que cocinan los decretos y los convenios del Estado y son los que viajan al Asia y a Europa y adquieren aviones, helicópteros, barcazas, pertrechos bélicos… teleféricos para La Paz y hasta un satélite”. Todos esos gestores merecen también regalitos que seguramente incrementarán los patrimonios de esos hombres felices...

Macacha, la cholita buena, me prometió llevarme al Carnaval de Oruro que ya fue inaugurado con la debida anticipación de varios meses, lo que me consuela un poquitín.