Pacto fiscal carnavalero

Hace un par de días, cuando ya se respiraba en la mayor parte de nuestro país aires carnavalescos, mi discípula periodística me preguntó si ambos gozaríamos del feriado legal, a lo que respondí con severidad: “Un buen periodista nunca descansa, ni siquiera en carnavales, pues las noticias siguen produciéndose y es nuestra obligación cazarlas y difundirlas”, palabras que no le agradaron ni una pizca, aunque las admitió.

Antes de salir por las calles en pos de primicias periodísticas me preguntó si yo podría darle una pauta informativa, respondiéndole severo: “Instituciones regionales e importantes ciudadanos de todo el país le han planteado al presidente Evo la necesidad de un pacto fiscal porque no es sano ni justo que él disponga de todo el dinero que se produce en el país y lo reparta regionalmente, como si tales recursos fueran de él y de su Ministro blindado”.

Al escuchar la noticia del pacto fiscal que reclama el país, la cholita reportera nacida en Quillacollo salió de mi casa cual un rayo, sin más armas que su gracia y su pundonor periodístico, para dar a conocer a nuestros lectores cómo va ese asunto del pacto fiscal cuando el presidente Evo y todos nuestros gobernantes se hallaban cha´llando sus oficinas palaciegas.

Al retornar a mi escritorio en horas de la noche, Macacha se me presentó llena de mixtura y envuelta en serpentinas, cantando alegremente una copla carnavalera que dice: “Estos carnavales quién inventaría... el Evo Morales... con su fantasía...”.

Al verla tan alegre y con aires de haber estado festejando las cha´llas, me contestó sin dejar de mover airosamente su figura: “Mis carnestolendas no son lo mismo que ‘tos lindas carnes’, y que viva el carnaval”.

Esperé que se tranquilizara mi novel reportera, pero ella sin dejar de bailar y contorneándose, me explicó que el presidente Morales y sus mariachis, perdón, sus ministros, habían resuelto dar por aprobado el pacto fiscal solamente por carnavales, o sea que tal medida sólo estará vigente en estos días de carnaval, o sea hasta el próximo martes, pues el miércoles comienza la Cuaresma y cesan la farra y la diversión.

Al conocer tal medida que a Macacha le pareció genial, mi buena comadrita se alegró porque le pareció genial la medida gubernamental mediante la cual nuestro Presidente Vitalicio y sus ministros no soltarán la mamadera nunca y sólo serán ellos los que podrán disponer de los recursos del Estado que -según dice el jefe felizmente- es plurinacional, o sea que son fondos para todos.

Al saber por intermedio de mi comadritay que el pacto fiscal tendrá plena vigencia sólo estos carnavales, nos pusimos a bailar con mi comadre, cantando esa otra copla carnavalera que dice: “Carnaval alegre, dicen que te vas, por qué no te quedas siete días más...”. ¡Viva el carnaval y viva el pacto fiscal!