Política nacional

Potosí sin rostro, sin nombre y sin historia



MUJERES POTOSINAS, EN UNA CALLE DE LA PAZ, SIN EMPLEO Y SIN FUTURO.
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El departamento de Potosí, territorio de grandes reservas no sólo mineras, sino también de agua y otros recursos naturales, sobrevive al cerco político y económico que, gobierno tras gobierno, año tras año, imponen autoridades y sectores de influencia, al pueblo insignia de Bolivia.

Es inaudito que programas oficiales y proyectos económicos privados, enfoquen al Potosí, actual, únicamente como reservorio de minerales, poblado por sectores anónimos sin rostro, sin nombre, sin historia y sin derecho a sentirse bolivianos.

Potosí es la cuna de Bolivia y prueba de ello –entre otras– figura como el Cerro Rico en el escudo nacional. Siglos antes de la Independencia, Potosí fue la ciudad y la región que marcaba agenda en Latinoamérica y la Vieja Europa por su poderío económico y también por su producción cultural.

Las arcas de Potosí, cuando agonizaba el sistema colonial, alimentaron las revoluciones de Argentina y del mismo AltoPerú, hoy Bolivia y dieron vida al desierto de Atacama, entonces una de las provincias potosinas hoy en poder de Chile.

En ningún período de nuestra historia republicana, el Cerro Rico dejó de alimentar al país con sus riquezas. Y en ningún período republicano, Potosí tuvo recompensas. Al contrario, se estigmatizó a Potosí y al potosino a tal punto, que en este año 2015 continúa aislado de las grandes transformaciones nacionales y su gente condenada a las presiones y rigores del mercado internacional de minerales.

Existen intereses muy fuertes contra Potosí y lo demuestra el hermético silencio de sus instituciones estatales y privadas que explotan las entrañas de este coloso como algo propio. Tal actitud conlleva cierto desprecio y subestimación al potosino.

PLIEGO PETITORIO

El “pliego de reivindicación y demandas”, presentado por el Comité Cívico de Potosí (Comcipo), en sus 26 puntos refleja el hambre, la miseria, el abandono y la desesperación de un pueblo en harapos, que camina sobre filones de oro, plata y otros minerales, alimento del erario nacional y plusvalía de las empresas privadas.

El pliego petitorio, también nos habla de la indiferencia de las autoridades regionales potosinas, que por filiación política –ayer y hoy–obedecen consignas partidarias aunque éstas humillen al pueblo potosino.

La exigencia potosina, en sus 26 puntos, reclama la construcción de represas, complejos hidroeléctricos, hospitales, mejoramiento de carreteras, fábricas de vidrio, de cemento y de cal; la construcción de un aeropuerto internacional, preservación del Cerro Rico que se hunde por el trabajo de las cooperativas mineras; soberanía plena sobre los manantiales del Silala y una serie de pedidos de ítems para Salud y Educación.

Este pliego significa la realidad potosina y la vergüenza de los gobiernos que pasaron y que hoy transitan el Palacio Quemado, aunque para salvedad de este comentario, el oficialismo ofrezca la industrialización del litio y del salar de Uyuni, joya potosina. (Clovis Díaz de O.F.) (clovisdiazf@gmail.com).

 
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