Nuevas opciones para la oposición

En las elecciones regionales (para gobernadores y alcaldes), de 29 de marzo último, y los referendos autonómicos en cinco departamentos, de 20 de septiembre, el oficialismo perdió en las urnas, lo que le abre nuevas posibilidades a la oposición.

Adicionalmente, ésta hizo una buena demostración de resistencia en la Asamblea Legislativa, cuando se produjo el tratamiento de la ley para modificar la Constitución y dar margen a otra reelección de Evo Morales. Con ello, dio la impresión de que explícitamente actuó de forma unida, sin compromiso político previo sobre el particular.

De otra parte, corresponde guardar memoria de que el electorado se manifestó ya dos veces continúas sobre su disconformidad o descontento con el accionar administrativo y político del oficialismo.

Sería precipitado considerar que el electorado es ya opositor militante, pero si la oposición actúa, esta vez con mayor acierto que en el pasado, el posicionamiento electoral en esas dos consultas puede consolidarse en el plano político, en el referéndum de febrero del año próximo, para ratificar o rechazar la nueva reelección de Evo Morales, por el período 2020-2025.

La oposición, empero, tiene dos problemas previos que resolver, antes de asumir una estrategia unitaria. De una parte, existen discrepancias a nivel de sus lideratos y, de otro lado, no alcanzó hasta ahora a conciliar un programa de propuestas para justificar su postura opositora al régimen actual, así como para proyectar sus perspectivas de asumir eventualmente la conducción del país.

En contraste con otros tiempos, la oposición militante que se tiene en el país se ha reducido. En el pasado, era crecido el número de siglas y de posiciones doctrinarias. En la actualidad se reducen a cuatro que, formalmente, tienen presencia en el escenario nacional.

Se trata de Unidad Nacional, Partido Demócrata Cristiano, Sol. Bo y Partido Verde de Bolivia.

Estas cuatro fuerzas políticas ideológicamente no tienen diferencias abismales, más bien, en contraste con anteriores experiencias, se advierte que, a grosso modo, tienen más coincidencias que contraposiciones.

En tal circunstancia, entonces, asumiendo criterios de racionalidad, se puede sostener que tienen más posibilidades de unificar fuerzas, sin que ninguna de ellas pierda sus posiciones doctrinarias.

Desde esta base, lo que políticamente se requiere es que se congreguen en una sola identidad, una vez que concierten sus propuestas, eventualmente con las perspectivas de disponer de un programa de gobierno.

En todo caso, para hacer factible tal posibilidad, la alianza a constituirse tiene que sustentarse esencialmente en el sentir dominante de la ciudadanía nacional. Para este efecto, debe detectarse cuáles han sido las mayores motivaciones por las que el electorado, en las dos últimas consultas, votó en contra del oficialismo.

Es forzoso recoger el sentir público dominante para poder acordar el programa de propuestas de la oposición política militante. Con ello, se estaría en condiciones de confiar que en la nueva consulta ciudadana, prevista para febrero, sea repetitiva en cuanto a los resultado de las dos últimas que hubo en el país, en los términos antes expuestos.

Los cuatro partidos formalmente constituidos hasta el momento en Bolivia, tienen, en todo caso, enorme responsabilidad sobre el curso que vaya a tener el futuro del país.

La conducta que siguieron en la Asamblea Legislativa, vistiendo uniformemente camisetas donde estaba impreso el NO a otra reelección que procura tener Morales, ha causado buena impresión pública.

En consecuencia, la responsabilidad de los partidos opositores creció mayormente, ante el sentir ciudadano independiente. De igual forma, en lo que concierne al régimen gobernante.

Los primeros están emplazados a conducirse con desprendimiento, para unificar fuerzas en los hechos. La imagen que expusieron ante el escenario nacional en la Asamblea Legislativa, impactó fuertemente en la conciencia de la ciudadanía independiente.

Al oficialismo, asimismo, le queda aún tiempo para repensar si va persistir en otra reelección. Deberá tener en claro que no se trata de personas, menos de caprichos circunstanciales, sino de algo más importante.

En este sentido, las palabras del Papa Francisco han calado muy hondo en el sentir de todos los pueblos, no sólo de Bolivia, cuando dijo que pretender permanecer indefinidamente en el ejercicio del poder es una tiranía.

Con este juicio trascendental para la historia de los pueblos, quedó en claro que la alternancia en la administración de los intereses de los países es el procedimiento justo, honesto y democrático. Lo demás, es simple y llanamente optar por la tiranía.