A una golondrina

Ave gentil que con gracioso alarde

la inmensidad azul cruzando vas,

y perdida en la niebla de la tarde

vuelas y acaso nunca volverás.

Ave feliz ¡quién como tu pudiera

rauda volar, llegar a otra región,

ir a morir incógnita viajera

junto a aquel ser que adora el corazón!

Fija en el horizontes mi pupila,

sin más anhelo que volverle a ver. . .

volverle a ver para morir tranquila

estoy aquí mirando anochecer.

Ave feliz ¡quién como tu pudiera

rauda volar, llegar a esa región,

ir a morir incógnita viajera

junto a aquel ser que adora el corazón!

¡Oh! ¡si a la orilla de extranjeros mares

puedes llevar un eco de dolor,

cuéntale tu mis ansias, mis pesares

la inmensidad de mi constante amor!

Ave gentil, piadosa mensajera,

cuéntale mi dolor por compasión,

dile con cuánto anhelo, si pudiera,

fuera tras ti mi amante corazón.

Adela Zamudio Ribero, escritora y poetisa cochabambina, en sus versos cantó el amor y la pasión con tintes de pasión y melancolía. Nació en Cochabamba el 11 de octubre de 1854 y falleció el 2 de junio de 1928. Con el seudónimo de “Soledad” escribió: “Ensayos poéticos”, “Ráfagas”, “Íntima”, “El diamante”, “La madrastra”, “Las fugitivas”. Cuentos: “El vértigo”, “El diablo químico” y otros.