¡Viva La Paz!

Señor Director:

La ciudad de La Paz cautiva a todos sus habitantes y visitantes del interior y exterior del país, se encuentra situada en una hondonada, rodeada de cordilleras. Su altiplano extenso fue habitado por aymaras. Chuquiago Marka es atravesado por el río Choqueyapu, en cuyas playas arenosas se podía encontrar pepitas de oro, lo que interesaba mucho a los conquistadores españoles. Esta región llegó a formar parte del gran imperio llamado Tahuantinsuyu, hasta la llegada de los ibéricos.

El capitán Alonso de Mendoza fundó la ciudad de Nuestra Señora de La Paz un 20 de octubre de 1548. En el escudo de la ciudad de lee: “Los discordes en concordia, en paz y amor se juntaron y pueblo de paz fundaron para perpetua memoria”, en conmemoración a la pacificación del Perú. Chuquiago era lugar de tránsito hacia las regiones del sur y fueron los españoles quienes hicieron los primeros trazos de carácter urbanístico, proyectando calles con empedrado, tejados y balcones que cambiaron la fisonomía del poblado indígena.

Con el paso del tiempo, llegó la modernidad con la aparición de avenidas, plazas y jardines, edificios modernos, autopista de doble vía y teleféricos para diferentes zonas, en esta maravillosa ciudad, donde podemos apreciar muchos desfiles, procesiones religiosas y actividades cívicas y populares.

La ciudad es acogedora por naturaleza, es hogar de paceños y no paceños, de todos los que son cautivados por una urbe llena de tradiciones, ritos y costumbres, donde está el majestuoso Illimani, centinela de una tierra bendecida por Dios y protegida por nuestra Señora de La Paz en todo tiempo y circunstancia, que nos acompaña en la ruta hacia el progreso.

La ciudad tiene numerosos atractivos, como la Basilica de San Francisco, otros templos, edificios y casas de variado diseño arquitectónico. Por eso decimos todos con una sola voz: ¡Viva La Paz!, queridos chucutas, pico verdes.

David Espejo O.F.S.