Pariti es evidencia del contacto entre Los Andes y la Amazonía

• La revelación fue hecha por el arqueólogo boliviano Jedú Sagárnaga en su charla magistral denominada "Conexiones entre Tiwanaku y la región al Este de Los Andes".


LA REPRESENTACIÓN ZOOMORFA DE UNA CERÁMICA CON LA CABEZA DE UN MONO, ES PROBABLE QUE LOS SEÑORES DE TIWANAKU CONSERVABAN ESTOS ANIMALES DE LA REGIÓN DE LAS TIERRAS BAJAS.
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Los ceramios tiwanacotas de la colección de la isla Pariti del lago Titicaca son clara evidencia del contacto –directo o indirecto– que existió entre los habitantes de Tierras Bajas y Tierras Altas, ya que se identificó un huaco-retrato, cerámica con la representación antropomorfa de la cabeza de un individuo que tiene atributos anatómicos diferentes a los andinos, además del corte de pelo, pintura facial y collar de semillas, similares a los que todavía hoy usan miembros de algunos grupos, principalmente de la Amazonía.

La revelación fue hecha por el arqueólogo boliviano Jedú Sagárnaga en su charla magistral denominada “Conexiones entre Tiwanaku y la región al Este de Los Andes: Una mirada desde Pariti”, presentada esta semana en La Paz. “Hay representaciones de animales que ni ahora ni entonces habitaron en el altiplano o la sierra. Me refiero a jaguares, felinos, serpientes, primates, serpientes como la cascabel, insectos, además de otros animales”, aseveró el experto.

Sagárnaga participó de las excavaciones arqueológicas en Pariti con un equipo boliviano-finlandes, hace más de una década, y reconstruyendo centenares de piezas de cerámica tiwanacota, provenientes de miles de fragmentos descubiertos en el lugar. La isla con menos de cuatro kilómetros cuadrados de superficie, se encuentra en el lago menor o Huiñaymarca (Pueblo Eterno), distante a unos 23 kilómetros del centro ceremonial de Tiwanaku.

El experto que también dirige la revista arqueológica Chachapuma, plantea que los habitantes tiwanacotas, estaban divididos probablemente en dos grupos, los de Tierras Altas y Bajas, que convivían en un mismo espacio, pero reconoce que, aún se desconoce, “si esa convivencia era total, o estaban separados en dos barrios, y si las relaciones fueron armónicas”.

“En todo caso, pensamos que un grupo estaba caracterizado por el pelo largo suelto hacia la espalda, largas patillas y la tembetá –el accesorio o adorno era usado para diferenciarse– en el labio superior; mientras que el otro grupo tenía el pelo corto, no tenía patillas y llevaba la tembetá en el labio inferior”, añadió.

El huaco-retrato con la representación antropomorfa de la cabeza de un habitante que probablemente perteneció a uno de los grupos selváticos –mostrado por Sagárnaga– tiene pintura facial de color rojo, una nariz corta pero ancha, también lleva un collar de semillas y sus signos anatómicos notoriamente son diferentes a los hombres andinos, que también fueron representados en los objetos cerámicos encontrados en la isla Pariti.

A la isla posiblemente acudían nobles de distintos puntos del área nuclear –informó el experto– llevando hermosos objetos cerámicos que eran “sacrificados” en una ceremonia en la que eran quebrados y luego enterrados.

OBTENCIÓN DE PRODUCTOS

“No estamos hablando precisamente de la expansión de Tiwanaku, que normalmente se expresa en la ubicación de asentamientos a diferentes distancias del área nuclear que fue el lago menor”, dijo Sagárnaga

Remarcó que, estamos tratando de establecer que la penetración que Tiwanaku se desarrolló, en procura de conseguir diferentes productos que no los tenía en su propio entorno. “Básicamente frutas, madera y otros elementos que se usaban para la fabricación de adornos, como las plumas, por ejemplo), inclusive la hoja de coca, una planta que crece en la selva o al menos en la ceja de selva.

“Otros elementos tenían más bien un valor lúdico o eran apetecidos por el exotismo que es propio del ser humano. Me refiero, por ejemplo, al transporte de animales como el mono o los papagayos que posiblemente fungieron como mascotas de los señores importantes tiwanacotas, ya que incluso se encontraron restos de la osamenta de monos en las excavaciones realizadas en el centro ceremonial de Tiwanaku”, aseveró.

Respecto a la idea de que Tiwanaku fue una formación social multiétnia, Sagárnaga detalló que la propuesta es antigua, ya que existen referencias como del cronista Montesinos que se refirió a ello. “El propio finlandés Martti Pärsinen, con quien trabajamos en Pariti, piensa que Tiwanaku fue una cultura multiétnica. Se basa, justamente, en las diferencias de tipos humanos que reflejan la cerámica, pero hay que subrayar que no solo en la isla se tienen ceramios sintomáticos, sino en la propia ciudad de Tiwanaku donde se han hecho importantes descubrimientos”, acotó.

CONTAMINACIÓN AMBIENTAL

Por otra parte, en relación con la contaminación ambiental que se registra en gran parte del lago menor del Titicaca por los miles de litros de aguas residuales que provienen de El Alto, Laja y Viacha, el arqueólogo boliviano, lamentó que toda la bahía de Cohana y las poblaciones aledañas entre ellas la isla Pariti, pone en riesgo algo más importante que las piezas: el propio ser humano.

“No me explico cómo se tiene tanto dinero para canchas de fútbol, aviones, helicópteros, y otros, y no se puede solucionar un problema que afecta a cientos de familias que viven de la pesca y la agricultura. Ni regar sus campos pueden ya con el agua del lago, y sus animales se enferman cuando beben el agua contaminada del sector”, enfatizó.

Dijo que la actividad turística del lugar disminuyó notoriamente, lo que afecta al Museo Regional de Pariti donde escasean los visitantes y al perder el interés los habitantes de la isla de mantener el repositorio, se pone en riesgo la importante colección arqueológica depositada en el lugar desde el 2005.

 
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