Bolivia, sede de convención para discapacitados

Estoy convencido de que algunos bolivianos son geniales, sobre todo los que prestan servicios al Estado, como nuestra ministra de Justicia, Virginia Velasco, quien con permiso de su jefe, el presidente vitalicio de Bolivia, Evo Morales, asistió sin inmutarse a la 16 sesión de la Convención de Derechos de las personas con Discapacidad, realizado en Ginebra, Suiza, hace unos días, donde anunció que Santa Cruz, Bolivia, será la sede del próximo conclave para beneficiar a los discapacitados de todo el mundo.

Me quedé turulato al conocer la noticia precedente, pues aún permanecen vivas imágenes en mi recuerdo y en millares de personas de varias ciudades de Bolivia que fueron testigos de las arremetidas policiales contra los discapacitados, a quienes rechazaron con carros cisternas que bañaban periódicamente a esos pobres ciudadanos que en pleno invierno vinieron a pie desde Cochabamba y otras ciudades hasta La Paz, y no contentos con esa crueldad les lanzaron gases lacrimógenos y los golpearon.

Esta genial Ministra de Justicia, que no quiso perderse un viaje a Ginebra, donde debía expresar la solidaridad boliviana con este grupo social tan desprotegido y que llama permanentemente al respaldo de otros pueblos que se reunieron en Ginebra. De golpe y porrazo apareceremos dentro de poco tiempo como anfitriones de nobles delegados internacionales que llegarán a Santa Cruz y a quienes abrazará en calidad de representante de todos nosotros que siempre fuimos fraternos con las personas de capacidades diferentes.

Al enterarme de esta noticia hablé con mi discípula periodística nacida en Quillacollo, para comunicarle esta noticia que me pareció sensacional, por ser un testimonio de nuestra solidaridad con este grupo tan vulnerable de la sociedad. La cochabambina sonrió ante mi relato sobre el accionar de una Ministra de Justicia (en este país plagado de injusticias) y me dijo con la perspicacia que la caracteriza: “No pues, compadrituy, esa señora Ministra no ha realizado esas gestiones llevada de su buen corazón sino para ganarse un poroto delante de nuestro jefe, el presidente vitalicio Evo, quien seguramente la felicitará por su brillante actuación en Ginebra, Suiza, y sobre todo porque dentro de unos meses delegados de todo el mundo en Santa Cruz alabarán los buenos sentimientos del mandamás, y dirán:

“El señor Evo Morales es el mejor presidente del planeta, pues ama y comprende a todos los discapacitados del mundo”.