Presencia de Raúl Rivadeneira

La lectura del libro de Raúl Rivadeneira Prada, “Rulfo en llamas”, además de ampliar conocimientos sobre dos obras del escritor Juan Rulfo: “El llano en llamas” y “Pedro Páramo” permite valorar el intelecto del recientemente fallecido periodista, escritor, abogado, crítico literario, investigador, docente universitario, ensayista y mucho más.

Rivadeineira nos dejó un legado cultural a través de sus treinta libros editados con una visión propia del investigador. No fue sólo un literato, sino un conocedor de los problemas nacionales e internacionales, lo cual lo llevó a penetrar en hechos que, sin duda, tomaron matices alarmantes en su momento. Una de las obras con mayores repercusiones fue “Guerra de los insultos”, cuyo tema político determinó que el gobierno de entonces incautara gran parte de la edición impresa en Editorial Difusión.

Los recuerdos fluyen a través de sus obras. Penetró en ese ambiente del lenguaje castellano y difundió: “Hipocorístico”, palabras muy usuales por toda persona sin conocer significado, origen y otras fuentes de información. Rivadeneira ilustra de esta manera: “hipocorístico, se aplica a las voces de cariño, diminutivos de vocablos cariñosos para facilitar la pronunciación de los niños”.

En otro enfoque se menciona los hiporísticos en los nombres de personas, arbitrariamente llamados Pepe, Tito, Becha, Candy, Beto, Chana, Juanacha, Malaco, Pepelucho, Chalo y decenas más. El autor deleita con semejante investigación y detalles expuestos en estas páginas.

Si bien dicho folleto nos recrea, su libro “El grano en la espiga” (1997) nos lleva a conocer a través de apuntes, semblanzas y crítica, el ámbito de personalidades que enaltecieron nuestra cultura. En 460 páginas traza momentos estelares de Renán Estenssoro Alborta, Julio de la Vega, Jorge Catalano, Juan Quiroz, Adolfo Costa du Rels, Juan Rulfo, Samuel Beckett, Manuel Puig. Los apuntes contienen páginas llevadas a penetrar en el pensamiento de escritores universales. La crítica se ahonda en las obras literarias más difundidas con autoría de literatos nacionales.

Como miembro de la Academia de la Lengua, su presencia en actos especiales abrió expectativas. Discursos de fino lenguaje y hondo conocimiento de los temas abordados, determinaban alcanzar nuevos horizontes sobre determinada materia. No se anduvo por las ramas en momentos en que fue requerida su presencia. Charlas hechas consejos, determinaban una comprensión muy instructiva en cada una de ellas, ya sea como un coloquio tras finalizada una conferencia, o entre amigos reunidos en una mesa de cafetín.

Rivadeneira, chuquisaqueño de nacimiento, falleció a los 77 años de edad. El legado cultural, beneficioso para quienes gustan la lectura, el estudio, el conocimiento seriamente enfocado, se plasma en sus libros, los cuales encierran temáticas distintas, referencia clara de una cultura multifacética revelada sin aspavientos; sólo con la satisfacción del deber cumplido. Muchos premios, distinciones y homenajes enaltecieron su imagen, sin embargo, hubo algo más valioso que todo lo recibido: el don de la sinceridad. A mayor conocimiento, mayor sencillez.

El periodismo delineó otro comportamiento en el trabajo diario, pues exige responder al mandato de jefes de sección o directamente de la dirección de un diario. Con Raúl compartimos ese maravillo ambiente de “Presencia” lleno de amistad, comprensión y ambiente de amistad y colaboración entre todos. En síntesis: un privilegio haber compartido muchas horas en el inolvidable matutino.