El socialismo comunitario, ¿la última carta del indigenismo?

Nicómedes Sejas T.

O tal vez aun tengamos otros falsos amaneceres.

No es una casualidad que la emergencia política indígena pase por un momento de regresión, y que las banderas del anticolonialismo hayan terminado siendo funcionalizadas en aras de un proyecto político anacrónico, sólo porque una élite de clase media se montó sobre la novedosa ola social utilizando oportunistamente sus ventajas culturales y convirtiéndose en la vanguardia del movimiento indígena anticolonial.

El anticolonialismo indígena, la lucha de siglos de líderes anticoloniales, ha caído postrado ante un vanguardismo retrógrado. Los socialistas de hoy demuestran ser los herederos legítimos del viejo indigenismo; han hallado, una vez más, la oportunidad propicia para ahogar las aspiraciones descolonizadoras indígenas en la prédica revolucionaria inviable, revalidando la vieja estrategia con que sofocaron todo brote de auténtico cambio anticolonial.

El socialismo e indigenismo son idénticos en su larga práctica de negar el sentido histórico del proceso anticolonial del movimiento indígena. En lugar de identificar el colonialismo interno como el problema estructural a resolver en la sociedad boliviana, los socialistas indigenistas parten de una supuesta relación colonial entre el imperialismo y los países pobres y atrasados. Regurgitan y rumian su dialéctica pasada de moda bajo la apariencia de un remozado discurso para seducir a una audiencia de incautos o ingenuos; más que razonar, creen en sus dogmas. Desvían los verdaderos objetivos anticoloniales del movimiento indígena detrás de objetivos antiimperialistas ahistóricos, superponiendo falsos objetivos generales a los objetivos concretos de resolución de los resabios del colonialismo interno.

No es poco lo que está en juego, el poder, inaccesible por la vía revolucionaria, llegó mediante el voto popular, democráticamente; la emergencia política de los excluidos se hizo decisiva para establecer las nuevas condiciones de legitimación popular del poder. Las sucesivas reformas democráticas, sobre todo el ejercicio del derecho político con la participación popular (promovido por el katarismo), volvieron el curso de nuestra historia a los momentos fundacionales del pacto social, poniendo en el centro del poder constituido la soberanía popular.

El sujeto social de estas reformas sociopolíticas de carácter democrático fue el indígena marginado, pero activo en una persistente lucha por arrancar sus reivindicaciones de manos del colonialismo interno, de manos del indigenismo de toda laya, liberales, nacionalistas y socialistas.

El socialismo indigenista en el poder, que ha abandonado las aspiraciones de las fuerzas sociales anticoloniales, sólo pudo durar el tiempo permitido por la siembra del “neoliberalismo” y las leyes del mercado internacional, cosechando un inédito volumen de recursos frescos, cerca de doscientos mil millones de dólares, la mejor cosecha de este siglo y de la cual proviene su aparente fortaleza.

En este momento crucial hay que evitar que el fracaso del socialismo indigenista empuje a las fuerzas sociales anticoloniales a los brazos del indigenismo liberal.

 
Revistas

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


Publicidad
Portada de HOY

JPG (824 Kb)      |       PDF (453 Kb)



Caricatura


Sociales

DESPEDIDA DE BECARIOS A CHINA

Los becarios de postgrado Emmanuel Laredo, Jorge Ríos, Andrea Ortiz, Jorge Qiao, Miguel Böhrt y Diana Céspedes rodean al embajador Liang Yu e Iván Iporre.

RADIO PANAMERICANA CELEBRÓ SUS 45 AÑOS

Henry Dueri, Daniel Sánchez y Johnny Dueri apagando las velitas del pastel de aniversario.