Ser adulto mayor y pobre en Tarija

• Según una proyección sociodemográfica de Naciones Unidas, para el 2025 se avizora que el 28,6% de la población tendrá 60 años y más, situación que lleva a reorganizar políticas sociales y de salud. • En Bolivia de acuerdo al censo de 2012, el 8,9 por ciento del total de la población es adulta mayor, y se prevé que para el 2030 este sector ascienda a un 14 por ciento, y a un 23 por ciento en el 2050.


ADULTO MAYOR QUE DEBE TRABAJAR PARA MANTENERSE.

Tarija.- El siglo XX se caracterizó por un acelerado crecimiento de la población mundial y por el inicio de su envejecimiento que continúa acrecentándose en el siglo XXI; este fenómeno exige respuestas inmediatas por parte de la sociedad. Este desafío se complica y está lleno de dificultades; debemos enfrentar en los próximos años severos problemas sanitarios y socioeconómicos y habrá que establecer, desde ya, políticas de estado al respecto.

Según una proyección sociodemográfica de Naciones Unidas, para el 2025 se avizora que el 28,6% de la población tendrá 60 años y más, situación que lleva a reorganizar políticas sociales y de salud si pretendemos ofrecer una solución decorosa al problema. El envejecimiento poblacional e individual es continuo, heterogéneo, universal e irreversible; determina la pérdida de la capacidad de adaptación de los individuos. El proceso de envejecimiento como tal no puede ser considerado sinónimo de enfermedad; debemos diferenciar cuando es normal o fisiológico.

El envejecimiento de las personas es un reto para el sistema sanitario y social de cualquier país. Debemos tener en claro que envejecer es una experiencia que todos vamos a experimentar. Sin embargo, las experiencias de vida de los adultos mayores varían mucho según en el país en el que viven.

Así, ser adulto mayor en Tarija o Bolivia pero además de escasos recursos no es una de las mejores experiencias. Eulalio tiene 70 años, sus cansados pies recorren apenas las calles tarijeñas, pero el trabajo se duplica para sus extremidades, ya que debe jalar un pesado acoplado, en el que lleva mandiles, servilletas, repasadores, ollas de aluminio y cucharones, entre otras cosas.

Todo esto conforma la mercadería, que a paso lento ofrece en las calles a las apresuradas amas de casa. Eulalio aunque se rehúsa a hablar se anima a decir que vende muy poco, “una servilletita, un repasadorcito”, cuenta, y agrega que si es que no trabaja, no tendría para comer, pues se ha quedado solo en la vida. “Mis hijos están lejos”, balbucea y se despide internándose en su andar cansado, jalando su inseparable acoplado. Tarda más de diez minutos en recorrer la cuadra y en doblar la esquina, momento en el que lo dejamos de ver. Paulino es otro adulto mayor que se gana la vida recolectando botellas de plástico para llevarlas a reciclaje y cobrar por ellas unos cuantos centavos, los cuales acumulados le ayudan a subsistir cada día. Tiene 65 años y cuando le preguntamos qué hará cuando tenga 80 y tal vez esté más cansado. Dice: “Ojalá y Dios me lleve ya…, porque, señorita, el cuerpo se cansa, ¿no?”. Más allá, Dionicia vende dulces en la puerta de una escuela.

Se ha enfermado más de tres veces y ha tenido que gastar sus pocos ahorros comprando remedios en el sistema de salud público. Aunque dice que se siente mejor asegura que las dolencias nunca le faltan. “Tengo un dolor de rodilla que ningún médico me ha podido curar, tampoco el curandero”, dice mientras intenta pararse para demostrar que apenas camina.

Cuando le preguntamos si es bien atendida en el hospital, se ríe y expresa “Si caigo internada, seguro me muero ahí. Me tratan como a burra, me gritan y apenas me atienden”. Cuenta que va a su casa a las siete de la noche, empujando su acoplado, donde carga todo lo que tiene en su puesto de dulces. De sus hijos ni hablar, ya que asegura que le quitaron casi todo el terreno donde vive, lo vendieron y le dejaron apenas un cuarto para que ella habite. Éstas son algunas de las historias que resumen la vida de los adultos mayores de escasos recursos en Tarija. Sin embargo, todo esto también se refleja en las cifras.

BOLIVIA BAJA PELDAÑOS

Bolivia en 2015 bajó cuatro peldaños del lugar 51 al puesto 55, entre 96 países del mundo, en cuanto a los factores que determinan el bienestar social y económico de las personas mayores en el Índice Global de Envejecimiento.

La muestra de países en el índice representa el 91 por ciento de la población mundial de 60 años y más; es decir a 901 millones de personas adultas mayores, en cuatro áreas específicas: ingresos seguros, salud, competencias (educación y trabajo) y entornos favorables. En Bolivia de acuerdo al censo de 2012, el 8,9 por ciento del total de la población boliviana es adulta mayor, y se prevé que para el 2030 este sector ascienda a un 14 por ciento, y a un 23 por ciento en el 2050. Ese año casi uno de cada cuatro bolivianos y bolivianas será mayor de 60 años. A nivel nacional destaca la falta de oportunidades laborales en el país, pese al importante crecimiento del PIB. Esto afecta sobre todo a mujeres jóvenes, población indígena y a adultos mayores. La actividad agropecuaria es la base de los ingresos del 83 por ciento de las personas mayores, empero genera los menores ingresos promedio, y sólo obtienen la mitad del monto que el resto de los agricultores, 675 dólares anuales (Cedla, 2013).

Entre otros aspectos están la discriminación, los malos tratos, la violencia y la falta de seguridad que aún deben enfrentar las personas mayores, pese a la existencia de normas como la Ley General de las Personas Adultas Mayores que norma el trato preferente en instituciones públicas y privadas y el funcionamiento de Centros Integrados de Justicia para la defensa de los derechos de las personas adultas mayores en los municipios.

Sólo en las ciudades capitales se desarrollan experiencias como ventanillas preferenciales en entidades financieras y tarifas más bajas o descuentos en servicios básicos y de transporte, que no siempre se cumplen.

Respecto a los servicios de salud, éstos continúan siendo deficientes. El 82 por ciento de las personas mayores afirman que utilizaron alguna vez su seguro de salud, de acuerdo a los Resultados de la Encuesta a hogares con personas adultas mayores y cercanas a la edad de 60 años -EPAM 2011-. Sin embargo, también aseguran que el maltrato en la atención y la falta de medicamentos son factores que dificultan el acceso pleno a este servicio.

TARIJA

Respecto a Tarija y de acuerdo a los datos del Censo 2012 que el Instituto Nacional de Estadística (INE) facilitó a El País eN, en el departamento hay 43.154 adultos mayores.

La mayor concentración de éstos se encuentra en un rango de edad de entre 64 y 95 años, sumando 23.290 mujeres y 19.864 hombres. Del total, 23.057 están obligados a trabajar para sobrevivir, pues sus hijos no se encargan de ellos e incluso son los adultos mayores quienes aún deben mantenerlos. De acuerdo a la Defensoría del Pueblo en Tarija la situación de los adultos mayores en el departamento es muy crítica, debido a que hay una constante vulneración de sus derechos humanos. Los hijos desconocen que se debe pasar una asistencia familiar a los padres (adultos mayores) si es que éstos no cuentan con recursos para sustentarse.

De acuerdo a una investigación bibliográfica que realizó El País eN, esto se encuentra normado en la Ley Nº 603 (Código de las Familias y del Proceso Familiar), artículo 33, inciso d. (Deberes de hijas e hijos, tuteladas y tutelados) que expresa: “Son deberes de las y los hijos, tuteladas y tutelados: prestar asistencia a su madre, padre o a ambos, y ascendientes, cuando se hallen en situación de necesidad y no estén en posibilidades de procurarse los medios propios de subsistencia”.

RUBROS DE TRABAJO

De acuerdo al INE, el trabajo que desempeñan los adultos mayores está concentrado sobre todo en la agricultura, el comercio informal y la construcción. En el departamento la mayor cantidad de mujeres adultas mayores se concentra en tres actividades económicas: unas 2.758 mujeres trabajan en la agricultura, 2.580 trabajan en comercio informal y 663 de éstas se dedican a brindar servicios de alojamiento y comida.

En el caso de los hombres los tres rubros a los que más se dedican son: la agricultura con 6.912 adultos mayores, la construcción con 1.436 y el comercio informal y arreglo de vehículos concentra el trabajo de 1.226 adultos mayores. (El País Plus)

 
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