Por Edwin Conde Villarreal

Los kerus fueron vasos de la resistencia indígena en colonia

• Las imágenes representadas en vasos ceremoniales evocan muchas veces el pasado inka, según el arqueólogo boliviano, Jedú Antonio Sagárnaga


UN PERSONAJE MONTANDO A CABALLO QUE SE PRESUME ES UN ESPAÑOL. FUE DIBUJADO EN UN VASO DE LA SUBVERSIÓN.
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Los kerus o vasos ceremoniales de madera de la cultura Inka –que pudieron originarse antes con la civilización Tiwanaku– fueron vasos subversivos que expresaron la resistencia indígena frente al dominio de los españoles, por eso fueron vasos proscritos según ordenanzas y perseguidos por lo extirpadores de idolatrías durante el período de la Colonia, afirmó el arqueólogo boliviano, Jedú Antonio Sagárnaga en una disertación magistral durante la semana de celebración de los 33 años de creación de la Carrera de Antropología – Arqueología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).

En la ponencia “Vasos coloniales de madera”, Sagárnaga que también es docente adscrito al Instituto de Investigaciones Antropológicas – Arqueológicas (IIAA), detalló que, “los artesanos indígenas tallaban los vasos en diferentes tipos de madera, y luego procedían a calar su superficie realizando pequeñas imágenes en bajo-relieve”. Luego esos relieves eran cubiertos con resinas de colores y de esa manera “aparecían” las distintas escenas.

Respecto de las imágenes representadas en los kerus o vasos ceremoniales, el científico boliviano considera que, ellas evocan muchas veces el “glorioso pasado inka” (siguiendo la lógica de “todo lo pasado fue bueno”). Entonces aparece el soberano o Sapa Inka, en su litera o en su banco seguido de sus sirvientes que le dan de comer, beber o le protegen de la canícula –además de servirle con otros cuidados–, pero muchas veces aparece el Inka, frente a señores locales con quienes establece alianzas (los señores kollas, por ejemplo) para más tarde conformar un verdadero Estado.

La cultura Inka surgió alrededor del año1.200 de nuestra era, y en 1471 después de una serie de enfrentamientos guerreros el Inka Pachacuti llegó a imponerse junto a su hijo Yupanqui, ingresando al territorio aymara para luego someter a las poblaciones andinas recogiendo de ellos sus conocimientos técnicos y socio-económicos, además del cúmulo cultural desarrollado en milenios de años, en beneficio propio. El dominio del período inka en el actual territorio boliviano fue breve, los inkas lograron avanzar hasta Cochabamba, los Yungas, Oruro y Potosí, una de las regiones más ricas en expresiones inkas es la de Copacabana en el lago Titicaca, principalmente las islas del Sol y de la Luna.

“En otras escenas –representadas en los kerus– se observan guerreros inkas capturando antis o indígenas de la floresta. Hay otras escenas que pueden referirse más bien a labores comunales, como la siembra o la cosecha. Y también hay las que incluyen mestizos o españoles a quienes se reconoce por sus trajes. Algunos de los más llamativos vasos son aquellos que también evocan la mitología del Viejo Mundo (sirenas y centauros)”, aseveró Sagárnaga.

 

LIBACIÓN CON KERUS

El arqueólogo boliviano dijo que, los vasos suelen estar ornados con elementos de la flora y la fauna nativas (kantutas, ñucchus, monos, llamas, perros, loros, patos, colibríes y otros). Algunos de los elementos recurrentes son los aríbalos (o cántaros para almacenar/transportar chicha) y kerus (o vasos para libar), normalmente realizados en pares.

Sagárnaga que dirigió las excavaciones arqueológicas en la isla Pariti del lago Titicaca donde se descubrió la ofrenda cerámica tiwanacota exhumada y reconstruida entre los años 2004 y 2006, es la colección más importante de cerámica contextualizada de la arqueología de Tiwanaku y que incluye también kerus y challadores, considera que en casi todos los acontecimientos del hombre y la mujer andinos, la libación jugaba un rol preponderante. Más aún en aquellos ritos que implicaban alianza (con otros grupos, con los dioses, o matrimonios), la borrachera ocupaba un lugar privilegiado.

Hay que aclarar –aseveró el científico–  que no estamos diciendo “borrachera” de manera despectiva. Todo lo contrario. La borrachera, como lo han establecido varios autores, forma parte fundamental del ritual y el establecimiento de relaciones sociales. Por lo tanto, la bebida alcohólica (chicha) no podía faltar, y su consumo requería de una parafernalia establecida como son los vasos y el cántaro. De allí la doble importancia de estos vasos ceremoniales de madera.

Otras investigaciones provenientes de Cusco la capital de los inkas, asumen que los kerus se usaron durante el Tawantinsuyo en ceremonias rituales en las cuales el Inka convidaba a beber al Sol o a algún jefe regional (curaca) aliado, en tanto que los curacas convidaban a la divinidad local (huaca) o a sus propios aliados. Po eso se hacían dos vasos iguales dibujo y materia prima, pero esta última era diversa según la jerarquía de quienes participaban, por otra parte los cubiletes (vasos ceremoniales) de alfarería parece que fueron preincaicos, por lo menos datan de la cultura Tiwanaku y algunos vasos de piedra se hallaron entre materiales Nasca.

 

CENTROS DE FABRICACIÓN

Sagárnaga que dirige la revista científica Pumapunku y que presentó también una serie de fotografías de kerus tiwanacotas de cerámica y piedra, informó que, se presume que en la Audiencia de Charcas (hoy Bolivia) pudo existir tres centros de producción de kerus: Potosí (que llegó a ser la ciudad más poblada de América), Charcas o Sucre (que ya cobró importancia por ser el establecimiento de gente acaudalada), y Copacabana, que fue uno de los centros ceremoniales más importantes del Tawantinsuyo antes de la llegada de los europeos.

En la región de los Andes prehispánicos existió una tradición –mencionan algunas investigaciones– de registrar gráficamente la historia cuyo aspecto fue reconocido tempranamente por los españoles y por eso fue prohibida, pese que en los relatos de los kerus se incluyeron también otros relatos medievales.

El cronista indígena Santa Cruz Pachacuti, describe que el escollo que le regalaron los mitmakuna o mitimaes –grupos de familias separadas de sus comunidades por el Imperio inka y trasladadas de pueblos leales a conquistados (o viceversa) para cumplir funciones económicas, sociales, culturales, políticas y militares– de Carabaya a Pachacutec tenía una piedra que brillaba igual que el carblunco o carbunco de la creencia europea del siglo XIV, piedra que se encontraba en la frente de los dragones de la Tercera India, un territorio entre Arabia y Asia, pero en finales del siglo XVIII el animal ya no era un dragón.

 

LAS PAJCHAS

Retomando la disertación “Vasos coloniales de madera”, Sagárnaga mostró fotografías de las pajchas –una especie de keru pero con una boquilla prolongada de casi un metro de largo que ocasionaba un cierto grado de dificultad al beber de este recipiente–  remarcó que las pajchas, por su parte, parecen haber servido como vasos exclusivamente usados en el culto referido al agua, como líquido vital. “Antes de beber el agua, el oficiante debía permitir que el agua siguiese su curso por un canal zigzagueante, que aludía al rayo y a la serpiente, siempre vinculados con la lluvia (fuente de agua). El canal esculpido en forma de zigzag entrelazado en el Fuerte de Samaipata en Santa Cruz, es una Pajcha gigante, sin lugar a dudas”, reveló el investigador.

No obstante reconoció que falta aún mucho por investigar, especialmente en Bolivia, pero se están dando innegables adelantos en el estudio de la morfología, iconografía y significado de estos vasos de madera, los kerus.

 

ANIVERSARIO

La Carrera de Antropología – Arqueología de la UMSA se estructuró basándose en el Departamento de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales que ya funcionaba  desde fines de la década del 70. En 1983 y 1984, éste Departamento creció y tuvo un desarrollo propio debido a la necesidad de estudiar la característica multicultural del país, existiendo ya, por este motivo, un mercado profesional específico.

Las Facultades de Humanidades y Ciencias Sociales por mandato del Honorable Consejo Universitario HCU conformaron una comisión mixta de docentes vinculados a la Antropología y la Etnohistoria para elaborar las bases de la creación de la carrera, esta comisión, elevó su informe a los respectivos consejos facultativos sugiriendo la creación de las mencionadas carreras, que culminó con la aprobación de dos resoluciones: la 152/84 de la carrera de Antropología y la 155/84 de la Carrera de Arqueología, ambas el 20 de agosto de 1984, la pasada semana la instancia académica cumplió su 33 aniversario de creación. (CienciaBolivia)

 
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