Protección y ayuda para menores

Señor Director:

Causa enorme preocupación la situación de indefensión y pobreza en la que viven niños (no sabemos cuántos), en nuestro país. A los casos cada vez más frecuentes de vejaciones a menores, hasta por parte de sus propios familiares, se suman otros, como el de un menor que habría muerto por desnutrición en Potosí, la de una niña que en El Alto falleció por hambre o el de un niño que fue encontrado viviendo en una casita construida para albergar a un can.

Algunas veces las autoridades han actuado en consecuencia, como en el caso de la niña alteña fallecida, ayudando para mejorar las condiciones de vida de su familia de escasos recursos. En otro caso, una institución estatal ha comprometido su concurso para ayudar al niño héroe que guio en Tarija a los bomberos para que lleguen a una zona que se incendiaba, poniendo en riesgo su seguridad.

Aunque son loables estos actos de solidaridad, se trata de casos que son conocidos por la cobertura que realizan medios de comunicación; lo cierto es que no sabemos cuántos menores estarán en situaciones de riesgo. Sin embargo al recorrer las calles de la ciudad no es difícil observar, por ejemplo, que niños y niñas se ven obligados a trabajar seguramente para subsistir o ayudar a sus padres, perdiendo una etapa de sus vidas que no debería tener esas características.

A pesar de que la pobreza es un problema de muy difícil solución, lo que muchos esperamos es que se intensifique la búsqueda de medidas para evitar que los menores, particularmente de escasos recursos, sean objeto de indiferencia, cuando más requieren ser protegidos y apoyados por ser parte muy importante de nuestra sociedad.

Ángel G. Guardia