¿Descongestionar cárceles mediante indultos?

Uno de los grandes dramas que sufre el país son las cárceles que, al margen de encontrarse en pésimas condiciones, albergan a mucha más gente de lo que su real capacidad permite. El hacinamiento no sólo es por la presencia de muchas personas que cumplen condenas -muchas de ellas sin sentencia judicial alguna - sino que también “alojan” a esposas e hijos de reos; ese hacinamiento es contrario a todo principio de derecho humano, es un atentado a la vida y es, en grado extremo, un crimen que se comete contra niños que muchas veces comparten los espacios con reos de toda naturaleza con inclusión de drogadictos y criminales reincidentes que purgan sus delitos.

Saben las autoridades, tanto como conoce la colectividad nacional, que muchas veces se ha exigido la construcción de nuevos recintos carcelarios, en extensos sitios que ocupan cárceles antiguas y puedan albergar a mucha gente en condiciones dignas, cómodas y prescindiendo totalmente de familiares u acompañantes; que esos nuevos edificios podrían construirse con la venta de espacios como los que ocupa el Panóptico Nacional en La Paz que podría destinarse a construcción de oficinas gubernamentales y espacios comerciales y parqueos subterráneos que permitirían recaudar dinero para una atención efectiva a quienes cumplen condenas en edificaciones muy separadas y en zonas aledañas a las ciudades.

Creer que “dar libertad” para “asegurar espacios y evitar el hacinamiento” sería un despropósito, una irregularidad absoluta y un “remedio” que no es tal por lo absurdo de la medida; es, por otra parte, que “se cumplan sentencias con indultos por carencia de espacios”. Las sentencias dictadas en justicia contra criminales, violadores, narcotraficantes y delitos de suma gravedad, deben cumplirse estrictamente; de otro modo, cometer cualquier crimen atenidos a los indultos se hará algo común.

El gobierno, contando con los presupuestos fiscales necesarios y complementándolos con la venta de locales que ocupan actualmente las cárceles, podría iniciar la construcción de edificios modernos dotados de las comodidades con el estilo de cárceles modelo existentes en muchos países. Esos espacios de terreno venderlos y construir en ellos infraestructura necesaria al sector público, a particulares, negocios y otros. Lo importante es proponerse y decidir para que se cumplan proyectos muy necesarios y que efectivamente descongestionen las cárceles actuales con miras a tratar como seres humanos a los presos.

No cabría, pues, premiar con indultos a quienes, contando con sentencias judiciales, reciban el beneficio de la libertad sin haber cumplido tiempos de encierro para purgar, siquiera en parte, graves delitos cometidos. Que sean revisados los casos sin sentencia judicial y se obre conforme a regulaciones de la justicia a personas con delitos menores es aceptable, de otro modo, beneficiar con indultos a reos con graves delitos sería enmendar descuidos o desidias de jueces que, en su momento, no han sabido administrar debidamente la justicia.