Elogio a la distancia

No han impedido 1.000 Km. que nuestro compatriota columnista Juan Bautista del Carmen Pabón Montiel haga llegar desde Puerto Suárez su homenaje de reconocimiento al Decano de la Prensa Nacional, en su magnífico artículo titulado “La magia y misterio de EL DIARIO”, publicado el 30-1-2012, destacando su centenaria lucha por el pensamiento con irrestricta y absoluta libertad.

En sus palabras, el matutino paceño “ha capeado los temporales cuál tifón de la mitología. Como en el arte de la tauromaquia, les dijo olé, con sangre, con arena o sin ella a los todopoderosos sentados en la silla chamuscada del Palacio Quemado”.

Lo anterior es la magia -señala don Juan Bautista-, el misterio es otro; y es el anhelo de la empresa de seguir en la batalla, una consecuencia con una línea trazada por sus fundadores, y todo ese ejército invencible que se hace humo ante las persecuciones, el asalto y el acoso político, pero que sigue renaciendo cada día, cual resurrección del tiempo en una inmortal labor con la sociedad libre y soberana, como es la boliviana.

Grato y admirable el ensayo periodístico, fruto de su compromiso profesional y apego a las letras, que nos revela indudablemente su temperamento y formación con la verdad y la rigurosidad en la denuncia, unidas a la pasión de su prosa. Y es que el artículo, casi un poema, en forma justa y razonable simplemente resume en forma magistral todo lo verdadero en la historia del Decano de la Prensa Nacional, la agresión de gobiernos y grupos armados buscando instrumentar este periodismo independiente, tratando de implantar estructuras mediáticas en las que los gobiernos no tengan que rendir cuentas.

Lo anterior resume pues, 107 años de historia bajo los pilares de “Dios, Patria, Hogar, y la célebre frase “La prensa hace luz en las tinieblas, y todo cuanto existe de progreso en el mundo se debe a su inagotable labor”.

En relación con las servidumbres de la distancia; le aseguramos a don Juan (con seguridad amigo de todos) que hoy aquellas ubérrimas tierras, aun con sus altas temperaturas, nada tienen que envidiar a las capitales, ahora permanentemente lastimadas, bloqueadas y asediadas.

Para terminar, le brindo una frase del eximio Franz Tamayo, redactor y Director en su momento del Decano de la Prensa Nacional: “Cuando un homenaje es merecido, honra a quien lo recibe y a quien lo otorga”.

El autor es abogado.