¡Que los parta un rayo!

El mundo de Hollywood y de la fantasía nos acostumbró desde niños a que los malos nunca triunfan sobre los buenos o que el bien siempre se impone sobre el mal.

Sin embargo, parte de la adultez es comenzar a masticar la cruda realidad que los súper héroes son de cartón y los villanos de carne y hueso, como sostengo en un escrito personal que tiene mas de una década y en algún momento me animaré a compartir con ustedes.

Uno abandona la inocencia cuando comienzan a hacernos daño o a ser testigos de hechos que provocan dolores de corazón.

La necesidad de revancha o la sed de venganza comienzan a crecer, a autoalimentarse, esperando como cuando éramos niños que el papá ponga las cosas en orden, riña o castigue y no sucede o que el castigo divino descienda sobre los abusivos y los ataquen alguna de las siete plagas o algunos de los jinetes del apocalipsis; los agarré del cuello y no pasa nada, continúan campeantes caminando por la vida con el peso de sus barbaridades sobre sus espaldas. Pero no son conscientes del daño que hacen, seguramente tienen la necesidad de hacerlo para que mas personas vivan un poco del infierno que llevan dentro y que lógicamente hace que no sean normales. Solo los satisface lo poco que puedan lograr en este mundo, ya que esperanzas en lo espiritual no tienen.

A uno le cuesta pensar que haya gente mal parida que solo piensa en lograr cumplir sus más obscuros objetivos a costa de maquiavélicas actitudes propias de ampones, maleantes, perversos y criminales.

Uno sueña que los brazos de la justicia los alcance y los ahorque o por lo menos les pegue una sacudida para que recapaciten y cambien de actitud. Pero los rencores son muchos, sus problemas psicológicos no se curarán de la noche a la mañana, son profundos y también numerosos, en este sentido me provoca lástima porque vaya a saber que traumas arrastran desde niños que crean este caldo de cultivo para vivir en un permanente círculo vicioso de maldad e hipocresía desembocando en permanentes engaños, estafas y mentiras. Deben haber sido sin lugar a dudas, terribles. Vaya a saber las barbaridades que tuvieron que vivir en sus familias y la crianza que tuvieron.

Entre los millones y millones de humanos en este mundo, la lógica indica que tienen que haber varios fallados y que mala suerte que justo estos mal hechos hayan estado cerca nuestro.

Estos condenados que destruyeron el predio y la cancha de Alto Irpavi , los que se robaron los techos, los que se robaron inodoros, destruyeron los baños y dejaron todo un desastre, perjudicando a cientos de niños y jóvenes en la práctica del fútbol solo para saciar esa necesidad maligna impulsada por sus demonios internos. Pero no pierdo las esperanzas, me enseñaron que la naturaleza humana es buena con permanente actitud de cooperación y trabajo colectivo.

Ayer sonreí…ABB reabrió sus puertas, seguramente trabajarán mucho para recuperar con buena voluntad lo que intentaron con maldad destruir, intentaron digo, porque tengo la sensación en este domingo que los buenos triunfaron sobre los malos y sinceramente sin maldad espero que a quienes hayan causado tanto daño los parta un rayo.