El presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, dijo ayer que negociará con partidos rivales para acordar su plan de reformas estructurales, después de haber obtenido un triunfo más estrecho de lo esperado empañado por amenazas de impugnaciones.
Peña Nieto, surgido de la cuna política del PRI, pero que busca alejar sus viejos fantasmas de corrupción y autoritarismo, llegará al poder con una economía que no gana vuelo mientras el país lucha contra la violencia narco que deja miles de muertos.
Por su parte, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador sostuvo que desafiará legalmente los comicios si las autoridades ratifican los resultados.