Evo promete un Diablódromo

Nuestro presidente vitalicio Evo Morales prometió a la ciudadanía orureña la construcción de un Diablódromo carnavalero, noticia que entusiasmó no sólo a los bailarines carnavaleros de la Diablada local sino a los diablos de todo el universo.

La genial noticia nos fue dada a conocer por nuestro pintoresco mandatario luego del Concierto de Bandas a cargo de siete mil o más integrantes de las bandas que alegran las festividades de nuestras ciudades y pueblos que mueven mejor sus cuerpos cuando escuchan los sones emitidos por los “lata – pukus”, como se llama en mi pueblo a estos esforzados ciudadanos que nos brindan melodías con el esfuerzo de sus pulmones.

Como todos sabemos, nuestro eterno mandatario integraba una banda de música cuando era muy joven y carecía de dinero y poder.

Al escuchar por vez primera la palabra “Diablódromo”, la cholita de Quillacollo se santiguó y me dijo en una de mis orejas (usted que es un sabelotodo, ¿qué significa “Diablódromo”?...), respondiéndole con simpleza: “Es un espacio enorme de terreno donde los Diablos de Oruro y millares de bailarines podrán exhibir sus danzas carnavaleras ante un público que cómodamente sentado puede espectar a los disfrazados y contagiarse de su arte y su entusiasmo”.

Después de esa trabajosa explicación, la cholita periodista me dijo: “Ya he visto el sambódromo de Río de Janeiro y también conozco el “cambódromo” que sirve al carnaval de Santa Cruz, pero el propósito de Evo Morales me parece más universal porque los diablos no bailan sólo en el Carnaval de Oruro, pues bailan permanentemente por toda la tierra tentando a las almas buenas hasta conducirlas al infierno...”.

Esta interpretación de mi comadritay me sorprendió por su dimensión espiritual, pero me condujo a prevenirla de tales alcances, diciéndole suavemente a la cholita carnavalera: “No, pues, comadritay, Evo que es a veces más pícaro que el Diablo, ofreció a los carnavaleros orureños un Diablódromo para ganar las próximas elecciones en dicha ciudad y en el Departamento de Oruro, pues una obra tan monumental está fuera de nuestros alcances presupuestarios cuando ya hemos ingresado en la época de las vacas flacas junto a otros muchos países”.

Macacha preguntó: “¿Y no se molestará el Diablo con Evo Morales al ser tomado como sujeto en esta época electoral...?”. Yo que conozco a ambos (al Diablo y a Evo) disipé los temores de la cholita y le dije: “No se preocupe, comadritay, porque el Diablo y Evo son viejos amigos y compañeros de lucha, por lo que no sería raro que fuera el mismo Diablo quien habría sugerido a Evo la idea del Diablódromo en Oruro, diciendo en una de sus orejas: “¡Qué lindo sería tener un Diablódromo en Oruro que lleve por nombre: Diablódromo Juan Evo Morales Aima...!”.