En torno a la tradición papal…

Según la Biblia, la tradición de designar al conductor de la grey de los fieles la inicia Jesucristo a orillas del mar de Galilea, cuando al ver a los pescadores echar sus redes a las aguas les dijo: “síganme que yo los haré pescadores de almas”; y confiando a Simón las llaves de su reino, le dijo: “tú serás la piedra (Petrus) sobre la cual edificaré mi Iglesia”...

En primitivos tiempos, la voz Papa se refería de manera irrestricta a cualquier Obispo considerado pastor dentro la Iglesia romana, y desde fines del siglo primero de la Era cristiana el Obispo de Roma tuvo prelación, por considerarse a San Pedro el primero. Recién a partir del siglo IV, San Siricio oficializa la acepción de “Padre” para referirse a todos los Vicarios de Cristo.

Durante el Siglo XVI y el renacimiento, por los latifundios que contaba el Vaticano en países europeos, junto al gran patrimonio y colecciones artísticas que se hallaban bajo su custodia, detentaba mayor poder que los reyes, además de ser considerado General de generales en el orden espiritual, por haber liderado en distintas épocas las llamadas guerras “santas” o Cruzadas, iniciándose la tradición de acuñar su imagen en medallas conmemorativas.

Los sucesores de Pedro son elegidos a través de la tradición secular de los Cónclaves (voz que deriva de Cum Clavis: con llave), por tratarse de reuniones a puerta cerrada de todos los Cardenales del mundo, quienes eligen al nuevo Papa en la Capilla Sixtina, haciendo salir humo blanco de la parte superior en señal del “habemus Papa”...

Desde el año 42 de nuestra era hasta nuestros días, asumieron 276 Papas el trono pontifical. Uno de los más queridos entre todos (junto a los dos primeros Papas -San Pedro y San Pablo-, Juan XXIII y Pablo VI- fue sin duda el Papa viajero, sembrador y mensajero de la paz mundial Juan Pablo II, quien en mayo de 1988 visitó Bolivia y el pasado año fue declarado “Santo” por el Vaticano.

Siguiendo la tradición instaurada por Juan XII de cambiar de nombre al ser ungido, el actual Papa adoptó el nombre de Francisco I en homenaje a San Francisco de Asís -el santo de los pobres-, constituyendo un hecho sin precedentes que asuma la silla pontifical un jesuita (y latinoamericano a la vez), rescatando la función social de la Iglesia a favor de los más humildes.

Hallándonos a pocos días de la visita oficial que efectuará a las ciudades de Santa Cruz y la sede del gobierno, desde estas páginas le brindamos la más cálida bienvenida a su arribo al corazón del continente austral…