Experto:

“Un verdadero Estado no debe limitar ni sancionar la libertad de expresión”



Moisés Sánchez, representante ejecutivo de la Alianza Regional por la Libre Expresión e Información.

El representante ejecutivo de la Alianza Regional por la Libre Expresión e Información, Moisés Sánchez, durante una entrevista que concedió a EL DIARIO, fue enfático al mencionar que en la actualidad surge una nueva forma de control a los medios de comunicación, y que ello conlleva una cierta traba hacia la emisión de opiniones, en especial, a la libertad en el trabajo de los periodistas. En ese marco, calificó como grave lo que acontece en algunos países americanos, donde se utilizan recursos del Estado para controlar los medios y, de esa manera, la opinión de la población.

Esos criterios mencionados por Sánchez, dejan en claro que los países que ejercen la democracia no deben coartar el libre ejercicio de la profesión periodística, porque lo contrario significaría poner límites a la libertad y devaluar con ello, la democracia.

Sánchez, de nacionalidad peruana y profesión abogado, en su visita La Paz, gracias a la invitación que le hizo la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), ofreció una serie de charlas a periodistas sobre libertad de expresión y agresión a periodistas durante conflictos sociales y el deber del Estado de proteger los derechos de los comunicadores.

EL DIARIO.- ¿CÓMO EVALÚA USTED LO QUE OCURRE EN MATERIA DE LIBERTAD DE PRENSA EN NUESTRA REGIÓN?

Moisés Sánchez.- Más allá de las mediciones, que más o menos todos sabemos lo que dicen, que hay países que tienen problemas graves de libertad de expresión como Ecuador, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Honduras y otros. Lo que estamos viendo es uno de los procesos más críticos a la libertad de expresión en las Américas. ¿Por qué?, porque a diferencia de las violaciones graves a este derecho que se producía en décadas pasadas, en contexto, a veces, de dictaduras, donde había mecanismos de censura directa claras y evidentes; hoy se está evolucionando hacia procesos de censura más indirecta, hacia mecanismos más sofisticados y que cada día hay que tratar de detectarlos como formas que limitan la posibilidad de opinar. Me refiero, por ejemplo, a mecanismos como el uso y abuso de la publicidad oficial, que es un fenómeno relativamente nuevo y cómo los gobiernos usan los recursos públicos para premiar a los medios amigos y castigar a los medios que tienen opiniones desfavorables.

Pero también hay procesos como el control estatal de propiedad de los medios de comunicación, que se está dando en estos dos últimos años de manera muy sistemática en la región. O sea, gobiernos que en vez de pelearse con los medios de comunicación, están optando por controlar los mismos.

ED.- QUÉ CONTRADICTORIO, DURANTE LA DICTADURA SE PELEABA PARA QUE LA POBLACIÓN, EN SU CONJUNTO, TENGA ACCESO A LAS LIBERTADES DEMOCRÁTICAS Y AHORA, EN PLENA DEMOCRACIA TENEMOS QUE ESTAR OBSERVANDO ESTE FENÓMENO. ¿CUÁL SU CRITERIO AL RESPECTO?

MS.- Justamente porque estamos en contextos democrático, son democracias formales, o sea, países que realizan elecciones y tienen mecanismos de gobierno, lo que estamos viendo es que es más difícil de detectarlos.

Ahora, obviamente, hay situaciones graves, como es lo que comentamos (en charlas con periodistas) que es el no proteger la labor periodística en contexto de manifestaciones sociales, que es un espacio, momento en el cual el Estado tiene una obligación de garantía a la actividad periodística y, sin embargo, lo que se ve en los países de las Américas es que los estados creen que los periodistas son parte del grupo de manifestantes. No generan ni se preocupan por capacitar a los órganos de seguridad para que entiendan cuál es el rol e importancia de la labor periodística. Y los estigmatizan con discursos que merman su credibilidad, acceso a fuentes, y eso, perjudica a toda la sociedad. Esa estigmatización es la que está considerada como una vulneración a la libertad de expresión también.

Hay varios procesos, fenómenos que se están produciendo y que son graves y, por otro lado, casi por decir por la retaguardia, los estados también están avanzando hacia normativas; regulaciones, que lo que buscan hacer es limitar o neutralizar a las organizaciones, a través por ejemplo, de imponerle requisitos legales, excesivos controles que son limitativos y que pueden llevar incluso a la cancelación de su personería jurídica. Entonces, no son las violaciones de los años 80, donde no se podía hacer, porque era censura, son mecanismos más sofisticados y cada día se van diversificando más.

Otro ejemplo, todo el uso de los mecanismos judiciales para dejar abiertos procesos sin cerrarlos, a veces por cuestiones bastante menores, pero donde se ponen a los comunicadores sanciones, porque el periodista puede estar años con el proceso abierto y en ese período, no puede ejercer su labor tranquilamente (…) el caso Quisbert (periodista de EL DIARIO), los que han desarrollado actividades de investigación son perseguidos de esa manera. Hay casos que me han mencionado en distintos países, donde a veces un periodista se mete en un tema y recibe denuncias falsas (no está sistematizado), solamente para abrir procesos, entonces el objetivo es dejar abierto un proceso.

ED.- ¿ESO NO DEVALÚA LA DEMOCRACIA DE UN PUEBLO CUANDO LOS GOBIERNOS ACTÚAN DE ESA MANERA?

MS.- No solamente devalúa la democracia, sino que la hace perder su carácter de democracia, porque la democracia no admite grados, porque uno no es democrático 80 por ciento. La democracia pasa por un sano y adecuado equilibrio del respeto de los derechos sociales y el respeto de los derechos civiles y políticos. Ha pasado en la región que muchos países han castigado el ejercicio de los derechos civiles y políticos en pro de proyectos y planes que privilegian la distribución social, que en sí no es el problema, es totalmente deseable, pero en la medida que se castigan derechos civiles y políticos, la libertad de expresión, la posibilidad de tener una diversidad de opinión, eso genera una fuerte crítica a su modo de funcionamiento democrático, a la autonomía. Cuando no hay líder de opinión, los órganos de Gobierno, las entidades que toman las decisiones, suelen ser menos autónomas, no hay que las critiquen. Los gobiernos tienen mucha más posibilidad de ejercer mecanismos de control sobre órganos del Estado, sobre entidades que deben ser independientes. Ese es un tema que es complejo (…)

ED.- ANTE ESE PANORAMA, ¿QUÉ DEBEN HACER LOS PERIODISTAS?

MS.- Los periodistas son un pilar importante del proceso democrático; la libertad de expresión es un pilar de la democracia. No hay democracia si no hay libre circulación de ideas y de opiniones. Quienes son uno de los principales actores para esta libre circulación de ideas y opiniones son los periodistas. Por eso, medios de comunicación y otro tipo de comunicadores, ejercen un rol fundamental. Sin ese rol, no podemos hablar de una democracia real.

ED.- LOS PERIODISTAS NO SOMOS FISCALIZADORES DE UN GOBIERNO, PERO SÍ SOMOS QUIENES ESTAMOS PENDIENTES DE AQUELLO QUE PERJUDICA Y HACE MAL A LA SOCIEDAD PARA DIFUNDIRLA. ¿QUÉ OPINA?

MS.- Se ejerce un rol importante para promover el debate público, qué es distinto (a entender) alguna función de quienes le quieren atribuir a la prensa de tomar decisiones por el público, son dos cosas distintas. Hay medios de comunicación que tienen opiniones, que a lo mejor uno no está de acuerdo, incluso uno puede cuestionar cosas que dicen, pero lo que no pueden negar es el valor de esa opinión circulando, porque de alguna manera permite generar un debate, causar polémica, exactamente. Ya lo dijo Obama (Barack) en la Cumbre de las Américas, cuando respondió al presidente Correa (Rafael). La prensa ha dicho muchas cosas de mí peroÂ… yo hablo con la prensa. No puedo generar ningún tipo de discriminación en función de su línea editorial, no puedo decirle a un medio yo no voy a hablar contigo, no voy a permitirte el acceso al lugar de los hechos porque tiene una línea editorial que a mí no me gusta.

Es parte de la democracia que existan opiniones divergentes, y si esa opinión pasa los límites razonables que están considerados en la convención americana sobre los derechos humanos, que sea una grave y flagrante violación a los derechos de los niños, una cosa así como muy tremenda u otro tipo de causales que están ahí, que son muy mínimas y si hay un tipo de responsabilidad se tiene que perseguir de manera posterior, pero nunca se puede limitar de manera previa la posibilidad de expresar una opinión.

ED.- ¿HAY ALGÚN LÍMITE EN LA LIBERTAD DE PRENSA?

MS.- La libertad de prensa es eso, la libertad de decidir lo que uno quiere, pero si hay límites son límites que tienen que ver con razones que son muy graves; situaciones vinculadas por ejemplo, con la gran afectación de algunos intereses públicos o los derechos de los niños. Eso está establecido en la Constitución americana. Pero fuera de esas hipótesis hay que ver los casos concretos de posibles violaciones, es decir, existe una amplia libertad para decir lo que se quiera. Y si alguien no está de acuerdo, bueno, lo que puede hacer es reclamar y habrá la posibilidad para perseguir las acciones de injurias y calumnias. Teniendo presente que desde el punto de vista la libertad de expresión, las sanciones privativas de libertad por las opiniones emitidas no son procedentes (…) sin duda alguna una democracia que pueda decirse es una democracia como tal, tiene una garantía de libertad de expresión, de lo contrario, no existe esa posibilidad.

 
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