Un país emocionante

Es verdad que vivimos en un país pobre y atrasado, mediterráneo y desvertebrado, bloqueado externa e internamente, pero de lo que no podremos dudar jamás, es que tenemos la suerte de ser un país emocionante.

Después de manifestar lo anterior, abracé emocionado a mi interlocutora y la estreché con fuerza en una “apechugada” que ella correspondió con emoción compartida. Toda la descripción anterior corresponde al viernes pasado, cuando mi pariente espiritual y este abnegado periodista nos hallábamos en Uyuni asistiendo a la llegada de temerarios deportistas a esa meta intermedia, bastante distante de Orinoca, aldea que después visitaríamos en busca de nuevas emociones.

La llegada a la meta de Uyuni de cada uno de esos esforzados corredores marcaba también un nuevo hito emocional que se traducía en vítores, congratulaciones, como si todos fueran héroes locales, debiendo imaginar nuestros lectores el entusiasmo que nos producía el arribo de nuestros paisanos.

Fatigados por tantas apechugadas y en un breve desencanto, pregunté a la cholita cochabambina si se hallaba feliz por haber visto llegar a su ídolo político que cayó del cielo porque arribó en un helicóptero, un vehículo hecho a la medida de los hombres que caen del cielo a países como el nuestro. Mi cumplidora corresponsal ya se había presentado ante su admirado personaje, de quien me dijo: “es uno de los mejores forjadores de este país emocionante…”.

A continuación Macacha me explicó que Evo (y su cumpa Quintana) contrataron el Dakar para hacer de nuestro país un lugar de emociones y que el próximo mes de febrero Evo inventó el referendo para que los bolivianos continuáramos viviendo emocionadamente…”.

De las palabras de la cholita valluna deduje que Evo desde hace 10 años emociona al país con sus palabras y sus hechos de gobierno. Macacha agregó: “Y después de estos diez años nos brindará diez años más de gobierno emocionante”.

Esta figura de un Evo emocionante verdaderamente me emocionó y quise abrazar nuevamente a la cholita cochabambina nacida en Quillacollo, pero ella frenó mis impulsos y me paró en seco diciéndome: “No se emocione tanto, compadre, porque después o antes del referendo emocionante, los bolivianos viviremos emocionadamente los carnavales, con lo cual nuestros días emocionantes están asegurados”.

Al concluir nuestro diálogo emocionante, no pude menos que pedir a mi reportera que agradeciera al Presidente del Estado Plurinacional, Multilingüe y Folclórico por gobernar Bolivia en forma tan emocionante.