El güero y el choco

En el inicio de su campaña el güero Donald Trump se despachó contra los mexicanos, no le importaron los reproches ni las protestas, ni los retiros de apoyo de empresas o personas.

Pese a la dura crítica, hasta propuso un muro para separar a su país del vecino del sur, y evitar, según él, la llegada de violadores y otros delincuentes. Parece desconocer a los propios forajidos que, periódicamente, violentan la convivencia de quienes viven en los Estados Unidos.

Extendió su arremetida contra su misma tienda política, criticando a uno de sus miembros, considerado un héroe por su papel en la guerra de Vietnam y atacó a las mujeres, específicamente a una periodista ajena a sus preferencias. Por supuesto que no olvidó a los musulmanes.

En Miami no tuvo el rechazo que se esperaba. Según la prensa, los activistas que protestaban contra él, recibieron gritos de gente que en inglés, con acento latino, les decían “que se regresen a su país”.

Lo de Trump había sido un virus contagioso, como la chikunguña o la más de moda zika, que suena a nombre brasileño. Así apareció en Bolivia un güero criollo, no sé si será choco, que cual émulo del güero, se regaló a su gusto en una publicación digital (http://eju.tv/2016/01/la-primera-rebelion-crucena/), donde insultando a los que llama “altoperuanos” dice: “la actitud recelosa, traicionera, abusiva y cobarde de los altoperuanos hacia nuestra región es de larga data. Las investigaciones de Gabriel René Moreno confirman la inquina y el actuar rastrero y traicionero de los altoperuanos en los inicios de la República, actitudes que continúan hasta nuestros días”. Los que llama altoperuanos son pues: recelosos, traicioneros, abusivos y cobardes, sienten odio y son rastreros. Parece que no se ahorró calificativos.

Lo extraño, además del odio que destila, es que lo hace comentando una rebelión “cruceña” de 1569, enfrentada por el Virrey Toledo. En su ignorancia no sabe que los virreyes no eran ni peruanos ni altoperuanos sino españoles y que la que llama primera “rebelión cruceña” fue una pelea entre españoles en defensa de sus intereses particulares, de éstas se dieron muchas en nuestra historia.

Los que podían ser llamados cruceños, en ese tiempo tendrían unos 8 años, pues Santa Cruz se fundó en 1561. Hubiera sido más apropiado que diga, como el autor del libro que cita: “poblanos de Santa Cruz”, que no es lo mismo que oriundos de Santa Cruz.

Desconoce que sus odiados “altoperuanos” propiciaron la formación de Bolivia y que desde 1825, los que habitamos estos territorios somos “bolivianos”. Por ello llamar a algunos de ellos: “altoperuanos”, es desconocer nuestra formación social.

Dice: “los cruceños debemos enorgullecernos de nuestra altanería y arrogancia”; es decir que está orgulloso de su soberbia y egocentrismo; de su sentimiento de superioridad. Evidentemente desconoce lo que son virtudes, esto explica, en parte, el odio hacia los “otros” que profesa el choco en cuestión.