Ofensa a la Patria

Una persona se da cuenta de que ninguna recomendación ni lectura vale en nuestro medio cuando se hace notar no solo los errores, sino las actitudes que se toma en unidades militares, presentaciones, actos de la vida cotidiana. Pero cuando se analiza los hechos realmente, los bolivianos nos llenamos de vergüenza y de impotencia, porque nadie regula las actividades y las formaciones de algunas Fuerzas para respetar los emblemas, como la Armada. Hace algunas semanas se dio a conocer una fotografía en la que un alto Oficial de esa fuerza está dando parte, seguramente a alguna autoridad. Hasta ahí todo parece correcto, pero cuando uno examina la misma, con gran sorpresa se ve que detrás de ese oficial está un enjambre de whipalas y arriba de la tarima, cubriendo el sol, la enseña nacional, como carpa o quitasol, para que no caliente la cabeza de quienes se encontraban en ese proscenio. Nada más monstruoso para mellar y ofender a la Patria, tratándose de un sector militar.

Pero no solo es esa fotografía, sino que en una unidad militar el Comandante se encuentra delante de su tropa, con poncho rojo, seguramente ese militar recibió órdenes para disfrazarse y comandar a su unidad, ¿dónde se ha visto que un disfrazado comande a sus conscriptos?, ¿qué ejemplo puede recibir ese grupo de soldados, cuando muy envalentonado da órdenes? Pero a ese oficial le faltó el látigo para completar su disfraz, señal típica que cae en la ignorancia, porque indudablemente de acuerdo con su forma de presentarse, su formación no fue realizada en un Instituto Militar, tal vez en un movimiento social.

Algo más incomprensible, en el Regimiento Manchego presentan, en lugar del Estandarte de Guerra tradicional, un nuevo estandarte, mitad de la whipala, mitad tricolor, ¿cómo se puede catalogar esos actos? Creo que no hay palabras para reproche, pero ¿qué dice el Alto Mando?, será que aceptan esa aberración sin poner orden para el correcto uso del uniforme y el deber que se tiene para con los símbolos nacionales.

El país espera que solo sea un error con el objeto de sacar ventajas o canonjías, mediante la ofensa a la nación. Los militares no deben olvidar que en los institutos enseñan a amar nuestros símbolos, a la Patria y decirles a quienes creen que al demostrar otras banderas, otros escudos, ganarán excelentes calificaciones para ascensos o cargos.

Es bueno decir a esas personas que con las demostraciones que realizan no ganarán más que ignominia y desprecio a la larga, cuando sepan que tienen que cumplir con sus obligaciones y tengan los pantalones bien puestos, desde los más altos cargos hasta los más bajos, entonces se reconocerá que son dignos de llevar el uniforme y no ponchos. La educación que deben dar a sus subalternos que sea merecida o, de otra manera, los nuevos miembros de las Fuerzas Armadas tomarán como ejemplo esos bajos instintos. Lo que deben hacer es ganar méritos, porque con méritos llegarán muy arriba, deben dejar de ser serviles y ensalzar el honor nacional, poner en alto el uniforme, la tricolor nacional y el escudo.

Una demostración de su lealtad es reconocer que fueron educados en institutos donde se respeta los emblemas, o tal vez con los cambios también cambiaron el tipo de educación que se da a quienes se van formando como nuevos miembros de las Fuerzas Armadas. Una vez más se les pide que sean consecuentes con su formación y no la cambien.

Es oportuno que sus autoridades tomen muy en serio la forma de demostrar su fe por la Patria y regulen cada uno de los actos en los que deben realizar presentaciones, las mismas que deben ser de respeto, no solo a la nación sino a los Comandantes y a ellos mismos. Creo oportuno que el Alto Mando tome cartas en el asunto y corrija sucesos que denigren a las Fuerzas Armadas.