Mentalidad futbolística peligrosa

Nunca me preocupó demasiado el entusiasmo futbolístico del presidente Morales, como tampoco el afán coleccionista de libros del vicepresidente García Linera porque supuse que ambas prácticas eran meramente distractivas y que no influirían en su actividad gubernativa, la cual -para mí-constituye una ciencia, un arte y una virtud.

Por todo ello, me sorprendió escuchar de labios de nuestro Presidente Vitalicio que su labor hasta el pasado referendo correspondía a un primer tiempo futbolístico, correspondiéndole a partir de la fecha jugar el “segundo tiempo”.

Ante mi perplejidad, tuve que recurrir como siempre a mi discípula periodística que actúa como mi corresponsal en el Palacio Real de la plaza Murillo.

A quemarropa pregunté a la cholita cochabambina si había visto alguna vez al Presidente jugando al fútbol, jurándome ella que “nunca le había visto las canillas al Primer Mandatario”, lo cual me tranquilizó.

Quise conocer algo más acerca de la actividad balompedística del Presidente, y Macacha que es una sabelotodo me reveló que Evo Morales juega siempre de 10, como lo hacía su ídolo argentino Maradona, un crack que tuvo todos los vicios, sobresaliendo entre éstos su admiración por Fidel Castro, Hugo Chávez y también Evo Morales. Como la palabra presidencial debe ser tomada en serio, pregunté a la cholita sabelotodo qué quiere decir Evo cuando nos anuncia que le falta por jugar un segundo tiempo, respondiéndome Macacha sin pestañear: “si el primer tiempo duró diez años, el segundo tiempo durará otros diez, siempre que no exista un árbitro amigo que alargue el partido unos años más”.

Apabullado por estos pronósticos, dije a la cholita cochabambina nacida en Quillacollo que este afán de gobernar con mentalidad futbolística es un ardid político que esconde una trampa, palabras que solamente produjeron una leve sonrisa en mi pariente espiritual, quien -con la inteligencia que la caracteriza- me dijo: “yo le aseguro, compadrituy, que el Movimiento Al Socialismo, liderado por nuestro interior izquierdo, camiseta número 10, gobernará un segundo tiempo que durará otros diez años más”.

Como no me gusta discutir con Macacha, preferí elevar mis ojos al cielo y pedir a Dios que me recoja porque la eternidad no tiene dos tiempos ni caprichosos alargues.