Las cuentas del gas

No tendría que festejar mucho el departamento de Santa Cruz el fallo de los expertos por el cual el campo gasífero de Incahuasi es única y enteramente cruceño.

Es que las cuentas del gas se están complicando para el país y lo están poniendo en la inverosímil situación de ser un vendedor que debe pagarle al comprador.

Los datos que ofrece YPFB sobre éste y otros campos gasíferos son poco confiables. Hasta hace seis meses, por ejemplo, aseguraba que Incahuasi iba a producir 10 millones m3/d de gas, pero poco a poco ha ido bajando y ahora habla de solamente 6 millones.

No vaya a ser que ocurra lo de Margarita, que era un campo muy promisorio, sobre todo después de que Repsol dijo haber encontrado “bolsones” extra de gas y de pronto entra en un extraño “mantenimiento”, baja su producción y obliga a reducir las exportaciones.

O que le ocurra lo de San Alberto, el campo que llegó a producir hasta 13 millones m3/d y luego comenzó a declinar, tanto que ahora sólo produce 6 millones y se habla de un agotamiento prematuro. Fue sobreexplotado.

Incahuasi llega por primera vez a los ductos nacionales con una declinación inexplicable: ¿cómo es que sus posibilidades de producción bajaron de 10 a 6 millones m3/d? ¿Se achicó antes de nacer?

Pero, como van las cosas, esos riesgos son menores a los que se podrían presentar si el país siguiera incumpliendo sus compromisos de entrega de gas a Argentina y Brasil.

Por el momento, las entregas a Argentina están en un nivel muy bajo, de 9 millones m3/d cuando debían ser de 19,9 millones. Y se sabe de las sanciones que hay para este caso: pago por el gas no entregado más una multa de 15% de ese valor.

En Brasil algo saben del estado de las reservas bolivianas de gas, que sus autoridades han pedido que se las certifique con empresas especializadas. Brasil puede aplicar también la sanción por incumplimiento pleno del contrato, aunque no la multa.

Es decir que los departamentos productores deben saber que cuando lleguen los momentos difíciles, en vez de recibir dinero quizá tengan que aportar para el pago de las sanciones.

Cuando es mal manejada, la industria petrolera es un desastre, como se ve en Venezuela.

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