Habilitar una “zona rosa” para la ciudad de La Paz podría ser una opción de ordenamiento y protección de trabajadoras sexuales, un servicio por el que inclusive se pagará impuestos y emitir factura, según la presidenta del Concejo Municipal de Diversidades Sexuales, Paola Valenzuela, en tanto que el presidente de esta instancia, Pedro Susz, considera que este espacio daría lugar a un centro de aislamiento de personas vulnerables y vulneradas en sus derechos.
En criterio de Valenzuela, volver a la zona rosa, como un lugar en Villa Fátima o la avenida Kennedy, en el centro paceño, permitirá a las autoridades conocer las necesidades de la población que se dedica a esta actividad desde una perspectiva de comunidad y no de manera aislada como actualmente sucede.
Uno de los efectos de la dispersión desordenada de estos espacios, donde se ejerce el trabajo sexual en la urbe paceña, es la migración a la ciudad de El Alto, donde esta actividad tiende a incrementarse y diluirse las medidas de seguridad junto a los derechos de las personas.
Es en este contexto, las organizaciones de mujeres trabajadoras sexuales, presentaron una propuesta de normativa para esa actividad, desde la Iniciativa Legislativa Ciudadana.
En tanto, que el Concejo plantea la necesidad de una regulación a partir de los derechos de la persona, considerando que habilitar una zona rosa se complicaría al ponerse en consenso con los vecinos.
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