Vestimos ropa usada

Las últimas manifestaciones públicas en varias ciudades del país nos hicieron despertar a la triste realidad de que después de once años de un gobierno que se llama a sí mismo progresista, que se enorgullece de proyectar una planta nuclear en El Alto, nos descubre de pronto la amarga verdad de que existe una enorme población dedicada a la comercialización de ropa usada, lo cual nos impone comentar ante el mundo que los bolivianos nos vestimos con ropa usada, reconociendo humildemente la pobre realidad que compartimos casi todos.

Este tema vergonzante me llevó a preguntar a mi corresponsal en el Palacio Real de la plaza Murillo si nuestro Presidente Vitalicio comparte con nosotros esa demostración inequívoca de pobreza, respondiendo la periodista cochabambina que nuestro máximo líder es uno de los pocos privilegiados que se salva de usar ropa de segunda mano, pues luce unas chaquetas exclusivamente diseñadas por la finada y famosa diseñadora Beatriz Canedo Patiño, lamentablemente desaparecida.

En una demostración de que la miseria se ceba con los caballeros, tuve que confesar ante mi subalterna que la chamarra de fino paño que ostentaba con el nombre de Universidad de Stanford (USA) seguramente fue usada durante muchos años por un universitario imperialista que vendió sus indumentarias, incluyendo su ropa interior, para vestir a los pobres del tercer mundo.

Macacha se condolió de mi triste realidad en materia de vestimenta, explicándole que por lo menos un millón de ciudadanos compatriotas nuestros nos vestimos con esos subproductos. Se apiadó no solo de mi lamentable condición de vestir puchos ajenos, manifestándome que ella nunca había adquirido ropa usada, sin embargo que la mayoría de mujeres de escasos recursos acude a grandes tiendas y puestos de venta callejeros que se dedican a vender ropa usada.

Sin ánimo de desencantarla de su héroe máximo Evo Morales, le dije que no me parecía justo que gran parte de nuestra población tenga que vestirse con ropa usada, mientras que el Presidente, Vicepresidente, Ministro de Gobierno y Ministro de Justicia lucen elegantes y costosos trajes, hechos a medida por el maestro Sillerico, quien alguna vez me confeccionó algunos ternos en épocas de la gloriosa oligarquía liberal, hoy reemplazada por “dandies” que se aprestan a celebrar el centenario de la Revolución Rusa, suceso histórico casi tan importante como el de la Revolución Cultural iniciada por Evo Morales, quien pasó de un momento a otro de la triste chompita a rayas que lució en su primer viaje a Europa, a ser modelo exclusivo de la afamada diseñadora de ropa fina de alpaca Beatriz Canedo Patiño.

Macacha me aseguró que no hay traje de cholita de segunda mano, por lo cual la felicité.