¿Es posible un futuro mejor?

Señor Director:

Bolivia es un territorio amplio, donde hay corazones llenos de preocupación. Si analizamos cada pedazo de nuestro país, con preferencia La Paz, hallaríamos a personas agobiadas por la preocupación, como a padres de familia, pedagogos, etc.

Sabemos muy bien que la calidad de la educación para los jóvenes está bajando, lo que afecta a la sociedad actual y afectará a la siguiente generación. Se podría saber fácilmente que si la educación se mantiene así, muy lentamente y en muchísimo tiempo llegaríamos a ser un país más desarrollado.

Si hablamos de educación, es conveniente saber lo que dicen al respecto algunos personajes. Para Herbert Spencer, la educación es la preparación para la vida completa. Rousseau considera que la educación es el arte de educar a los niños y formar a los hombres.

Como el tema es muy amplio, solo daré una breve opinión sobre la educación que reciben los adolescentes o jóvenes, ya que cuando las familias dejan de educarlos, pasan a manos de la sociedad. Actualmente notarán que algunos jóvenes han perdido vergüenza para expresarse. Se suponía que sería para referirse a campos como la ciencia, pero al parecer no es así.

Por ejemplo, alguna vez un docente preguntó a sus alumnos: ¿Quién consumió bebidas alcohólicas este fin de semana? Algunos jóvenes levantaron la mano y no faltó la respuesta altisonante: “Yo bebo y qué”.

No se trata de ser conscientes o no al asumir esa actitud, se trata de la imagen del país. Imagine estar en esa aula, ¿qué pensaría? Muchos parecen estar tranquilos con lo que pasa a nuestro alrededor, no abrimos los ojos, porque no pensamos bien en el futuro que nos espera. Deberíamos tomar en cuenta que esos jóvenes serán en el futuro nuestros abogados, maestros, ingenieros, doctores, etc.

Es posible educar a los niños en las familias o los colegios, pero incluso así se nos escapan de las reglas que les impone, convirtiéndose en una educación adoctrinada. Pero mejor es educar a un niño que corregir a un adulto.

Hay que educar más a esos adolescentes que ya están por pasar a la etapa de la juventud, para que la tranquilidad abunde en mentes y corazones. Si cambiáramos las horas de pereza, de juegos en red, etc., se podría formar adolescentes, jóvenes y adultos con mente realista y crítica, para que la sociedad esté siempre lista para enseñar a las nuevas generaciones.

Entonces alentemos a los adolescentes y jóvenes que estudian en colegios, universidades, institutos, etc. ¿Y a los que no estudian? De igual manera. Brindemos ayuda emocional y si fuera posible ayuda económica para que estudien algo que les satisfaga, pero que estudien.

Ronald Mamani García

C.I. 7060011 L.P.