Sectores público y privado deben actuar conjuntamente

La nueva situación económico-financiera que se presenta en el país, luego de la caída del régimen masista y que manejó discrecionalmente la economía nacional, requiere que el gobierno actúe en consonancia con el sector privado, puesto que se ha comprobado en el mundo entero la imposibilidad de que lo público y lo privado caminen juntos sino es en concordancia, unidad de intenciones y propósitos, objetivos donde los cruces no sean permitidos y el objetivo mayor sea servir al país. Hasta ahora, luego de casi cinco meses, tanto las autoridades gubernamentales como los dirigentes del empresariado privado seguramente han tomado conciencia de las realidades vividas por el país y han examinado los múltiples y graves problemas a los que tienen que hacer frente.

La crisis económica es grande, hay desafíos que habrá que encarar con energía porque es un factor importante de confianza que debe primar en las relaciones del gobierno con los empresarios privados que deberán trabajar con eficiencia y eficacia, donde no debe haber improvisaciones y donde solo cabe la conciencia de país y la vocación de servicio. La responsabilidad de lo que se haga en el campo del desarrollo depende exclusivamente de las autoridades y de los empresarios teniendo, como gran coadyuvante, a la clase laboral que, con seguridad, sabrá entender las necesidades y urgencias de la empresa para superar dificultades y contribuir con trabajo eficaz y constructivo a superar cualquier problema y, cuando llegue el momento de dialogar, velando por los mutuos intereses, que se lo haga en ámbitos de cordialidad, respeto y disciplina constructiva.

Un trabajo solidario y mancomunado de gobierno, empresarios y trabajadores permitirá vencer dificultades, aceptar y superar desafíos y actuar con mucha responsabilidad, puesto que la buena marcha empresarial permitirá mejores condiciones financieras, productivas y técnicas que, más temprano que tarde, redundarán en beneficio de las partes y, lo principal, se habrá resuelto problemas, diferencias y discordias que siempre se suele sembrar en ámbitos donde nunca faltan los intereses creados.

La creencia de los sectores laborales de que el sector privado implica “apego y dependencia absoluta” con el capitalismo y, además, “esclaviza al sector de trabajadores” no es evidente, aceptar ese criterio es someterse a la doctrina comunista que cree solamente en sus ideologías, prescindiendo de toda libertad y derecho que tengan empresarios y trabajadores de actuar bajo principios de libre albedrío. Someterse a una ideología partidista es sometimiento a sus designios e intereses. En cambio, hacer empresa y trabajar libremente es actuar sin sometimientos perjudiciales que limitan la producción.