“La necesidad de fracasar”

Muchos padres de familia sufren y viven intentando hacer toda clase de acciones y de milagros para lograr que sus retoños sienten cabeza y se pongan a triunfar en la vida y parecería natural creer que todos deberíamos tender hacia el éxito, sin embargo, en muchos casos, la figura es diferente, al parecer algunos retoños tienen como meta crear y experimentar el más bajo de los fracasos y los papás que quieren su bien, sencillamente están trabajando en contra de la acción de sus hijos destinada a crear la experiencia de hundirse o de fracasar en la vida.

Fracasar no es tan malo, después de todo es una simple y dolorosa lección que pone a prueba la poderosa voluntad del alma de cada persona de crear una situación de la cual pueda aprender.

Cuando un padre de familia pasa por una situación semejante y ha intentado todo lo posible y hasta lo imposible, está en presencia de un hijo que debe ser liberado, el cordón umbilical debe ser cortado y se debe bendecir dicha situación, sabiendo que la liberación ya se ha iniciado con su consentimiento o sin él entendiendo que liberación no significa necesariamente echarlo o que se baya de la casa y nada más, el proceso es algo más sutil, más interno y más espiritual.

Cuando aplicamos nuestro poder de análisis y contemplamos el proceso de la vida en otras especies, nos damos cuenta de la sabiduría de los ciclos y de esta manera, debemos dejar que los frutos se desprendan cuando ya están maduros y recordemos que tenemos que seguir aprendiendo a vivir en todas las posibilidades que la vida nos ofrezca o proponga.

La decisión que configuré en artículos muy anteriores, (“He decidido no sufrir nunca más, por nada ni por nadie, pase lo que pase”), podemos complementarla con esta nueva decisión: “He decidido liberar a cualquier persona de mi vida que ya no quiera vivir conmigo o que simplemente me haya dejado de querer, y liberaré a este tipo de persona hasta el olvido total, perfecto y definitivo, pase lo que pase”.

Si nos ponemos a analizar con detenimiento y con actitud positiva, podremos darnos cuenta de que, de todos modos se produce este proceso, solo que sucede después de mucho tiempo de dolor y sufrimiento y después de haber invertido demasiado tiempo y dinero en acciones con buena fe pero completamente estériles, pues, como ya lo sabemos, un hombre que se ha propuesto fracasar, encontrará el modo y la manera adecuada de hacerlo y lo único que queda, como opción, es proceder a su liberación, a la auto-liberación y a generar el proceso de olvido con la conciencia en total estado de paz y repetir la siguiente sugestión, las veces que haga falta: “Esta etapa ha concluido y avanzo jubiloso a mis siguiente etapa en la vida”.

Ahora que conocemos de antemano el plan y las intenciones de algunas personas de nuestro mundo, podemos hacer algunos ajustes en nuestras actitudes mentales y algunos cambios en los sentimientos de nuestro corazón y comenzar a vivir de otro modo, de otra manera la realidad de nuestra propia vida dirigiéndonos hacia los sueños que siempre hemos soñado vivir y nos ponemos a disfrutar de lo que somos y de lo que vamos aprendiendo en esta nuestra querida vida, nos vemos en el artículo de mañana.

Sugerencia: Recorte y fotocopie este artículo y hágalo llegar a cualquier persona que necesite un poco de paz o de mejoramiento en su vida.

Ejercicio: Recostado y en silencio repita solo en su mente durante diez minutos las siguientes palabras: “En realidad no tengo más opción que seguir adelante con mi vida tal como es y tal como pueda mejorarla”.

Nota importante: Los programas de cambio y mejoramiento de las conductas de treinta días producen personas positivas y sensatas capaces de responsabilizarse de sus vidas y de sus estudios o de sus asuntos con las habilidades mentales y corporales que se aprenden.

Si desea tener una conversación con el autor o una consulta acerca de cualquier problema, llame a los teléfonos del encabezado desde las 8.30 de la mañana (2488284 – 72513317), los problemas sólo se resuelven cuando se los afronta con seguridad.