Carencia de conciencia ciudadana afecta al sistema de agua potable



UN TRABAJADOR EFECTÚA LABORES DE REPARACIÓN DEL ALCANTARILLADO SANITARIO.

Las quejas por filtraciones, obstrucciones y rupturas de cañerías son una constante en las diferentes zonas de la ciudad de La Paz.

De acuerdo a Jorge Sotez, Director Técnico de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas), la peculiar topografía de nuestra ciudad supone un gran reto a la hora de construir y mantener adecuadamente un sistema de agua potable y alcantarillado, no sólo por la irregularidad y agresividad del terreno, poblado de quebradas, sino también por su alta irregularidad e inestabilidad.

Las pendientes pronunciadas incrementan el desgaste por la erosión de arena arrastrada dentro de las tuberías de cemento.

Las pendientes permitidas permiten velocidades máximas de flujo no erosivo, en tanto que las pendientes mínimas son aquellas que permiten obtener velocidades adecuadas de flujo y autolimpieza. Estas mediciones deben ser hechas con mucha precisión, para conservar las tuberías despejadas y en buen estado.

Epsas atiende diariamente unos 30 reclamos. Los más comunes por mantenimiento son: alcantarillado obstruido, aguas servidas rebalsando, hundimiento de la acera (generalmente por que se rompió la tubería de conexión o el colector), sumidero en mal estado, falta de tapa de cámara de alcantarillado y daños causados por otras personas o empresas a las instalaciones del alcantarillado al realizar otras obras (nivelación de calles, tendido de agua, teléfono, gas, etc.)

IRRESPONSABILIDAD

“Las obstrucciones se generan por el mal uso que se les da a los desagües, el usuario deposita deshechos sólidos en los mismos”, expresa el funcionario, indicando que muchas personas ven equivocadamente a las alcantarillas como basureros.

En este sentido falta conciencia del ciudadano acerca del uso y mantenimiento adecuados del sistema sanitario público, ya que cotidianamente se observa personas que vierten basura en drenajes, perjudicando el bien común. Un aspecto importante es la conformación de grupos vecinales para el mejoramiento y mantenimiento del barrio, la eliminación de desechos sólidos y la educación sanitaria.

La clandestinidad de muchas instalaciones y conexiones empeora la situación. Muchos vecinos construyen sus casas fuera de toda norma, por evitar los gastos que supone el contar con arquitectos, ingenieros y demás asesoramiento técnico, pero no advierten el riesgo en el que ponen a su familia, a sus vecinos y a sí mismos al vivir en instalaciones inadecuadas, precarias y de alto riesgo por las filtraciones inadvertidas. Estas conexiones domiciliarias deben ser instaladas por especialistas, debiendo prohibirse la intervención de personas particulares, para prever daños graves.

Las estadísticas indican que sólo un pequeño porcentaje de fugas son visibles en la superficie del suelo. Bajo el suelo el agua sigue el camino de menor resistencia, de allí que las fugas drenen a través del subsuelo. Si las fugas permanecen sin reparar por un lapso prolongado de tiempo, puede crearse una cavidad debida al agua que erosiona el subsuelo, debilitando la superficie del suelo. Un vehículo pesado puede pasar sobre un camino debilitado y colapsar la superficie, hundiéndose.

Se deben desarrollar programas de control y reparación de las redes de agua y desagüe, a fin de eliminar el riesgo de conexiones cruzadas y colapso de instalaciones en mal estado o antiguas, eligiendo materiales de tuberías con una vida útil de por lo menos 50 años.

ALCANTARILLADO

En La Paz, por sus zonas de declive pronunciado, las velocidades de escurrimiento en las tuberías son altas, ocasionando rápidamente el desgaste por abrasión, debido a la arena, gravilla y sólidos que arrastra. Ello daña rápidamente el interior de las tuberías, que llegan a romperse mucho antes de lo previsto.

“Algunas de las instalaciones sanitarias en La Paz son muy antiguas, tienen más 30 años” informa Sotez. La falta de presupuesto impide la modernización total de embovedados, cañerías y demás infraestructura, por lo que la renovación debe ser efectuada por etapas.

Otra causa de rupturas es la expansión del hielo dentro de las tuberías, al haberse congelado el agua en su interior, causando que revienten. Las heladas no penetran más, por lo que se recomienda realizar las instalaciones al abrigo del frío extremo.

La profundidad mínima recomendada es de 1.20 metros.

Las juntas rígidas de cemento fueron las más corrientes y de uso extendido en las décadas pasadas, pero ofrecen el inconveniente de la facilidad de fracturas. Juntas flexibles de betún, asfalto o alquitrán, permiten mayor flexibilidad e impermeabilidad. Las zonas más propensas a filtraciones y rupturas son: Achachicala, calle 3 de Obrajes y pasaje los Álamos, zona Las Lomas, Jinchupalla, Valle de las Flores, Barrio Minasa, Kupini Central, Inmaculada Concepción río Cotahuma, Agua de la Vida final, Bajo Següencoma y Villa Litoral, Calacoto altura río Huayñajahuira, Tacagua, Llojeta, zona El Rosal y zona Alto Las Delicias.

 
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