Indiferencia estatal y el escapismo



Los numerosos problemas sociales, económicos, políticos, ecológicos y muchos otros que a diario se presentan en el país, han adquirido un sentido cuantitativo y, naturalmente, su acumulación está determinando modificaciones cualitativas de notoria significación. Esos asuntos son recogidos por los medios de comunicación, que hacen conocer no solamente la existencia de un estado de decadencia y hasta descomposición, sino también son motivo de preocupación de la población y, por supuesto, de la prensa, por medio de la cual ésta hace conocer sus denuncias,

Los medios de comunicación hacen conocer desde las primeras horas de la mañana casos de corrupción, enfrentamientos sociales, huelgas, paros, crímenes y otros que ocasionan, por ejemplo, que los que escuchan de inmediato demuestren ostensible malestar y pésimo estado de ánimo que se extiende durante todo el día y que trata de ser desahogado con reacciones personales, generalmente involuntarias, pero que revelan un ambiente poco saludable.

Ese estado de ánimo colectivo se refleja en forma natural en las páginas de los periódicos, en radioemisoras y pantallas de televisión. No son invento de nadie y su publicación resulta una obligación del periodismo. Negarlos sería como querer tapar los rayos del sol con una mano. Es más, con frecuencia algunos medios se abstienen de informar algunos hechos o, por lo menos, reducen su gravedad de tal forma de cumplir con sus principios éticos, más que temer a las frecuentes reacciones de mecanismos estatales.

Pero mientras la prensa, en todas sus formas, cumple con esas obligaciones y hace conocer acciones poco o nada positivas, muchas autoridades encargadas de solucionar oportunamente problemas brillan por su ausencia y si alguna vez adoptan algunas medidas, con frecuencia incurren en nuevos errores que, en vez de producir efectos positivos, determinan mayores dificultades, creando el fenómeno de la bola de nieve que baja de la cumbre.

Mas, en todo caso, lo que cabe señalar es que muchas denuncias periodísticas caen en un pozo sin fondo y las autoridades de todo nivel hacen oídos sordos y se tapan los ojos con un pesado manto de indiferencia o caen víctimas de la enfermedad política que se denomina “escapismo”. Vale decir que cuando se presenta algún problema, lo primero que hacen es dar espaldas a la realidad y poner pies en polvorosa, alejándose del escenario de los hechos, tomando el avión que los conducirá a ambientes donde todo es color de rosa.

La falta de reacción de algunas autoridades ante las denuncias de los medios de comunicación se deberían, en algunos casos, a que no leen los periódicos y otras publicaciones y, en otros, a que se hacen de la vista gorda y en actitud ultra liberal dejan hacer y dejan pasar, sin considerar que están adoptando una actitud que se transforma en la adopción de la técnica de “sembrar nubes para cosechar tempestades” y efectos todavía de mayor magnitud, ante los que se encuentra de forma inminente el desarrollo histórico político de nuestro país.

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