Batallas de la Confederación Perú Boliviana: victoria de Iruya

ROSAS DECLARA LA GUERRA A BOLIVIA

El establecimiento de la Confederación Perú Boliviana, con tanta suerte llevada a cabo por el general Andrés de Santa Cruz, nunca podía ser mirada con indiferencia por las naciones vecinas, especialmente por Chile y la Argentina.

A la declaratoria de guerra hecha por el gabinete de Santa Cruz, siguió la de Juan Manuel Rosas, el dictador de Buenos Aires. El 19 de mayo de 1837 expidió éste un manifiesto decreto, declarando que Argentina estaba en guerra con Bolivia y con la Confederación.

En este manifiesto se exponía, como causales de la declaratoria, la protección concedida por Bolivia a los emigrados argentinos desafectos a Rosas; la negación del pase a la legación argentina, que vino en 1938 a cargo de Pedro Feliciano de Cavia; la participación atribuida al Presidente de Bolivia en la revolución proyectada contra el gobernador La Torre, de Salta; el recibimiento que el Gobierno boliviano hizo al ministro de la Banda Oriental, que trajo la misión de organizar un plan con el general Santa Cruz para desquiciar la Confederación Argentina; la incursión del general López con tropas bolivianas hasta Tucumán; las tropelías atribuidas a Campero, Anzoátegui y otros individuos que sostenían un pleito ante los tribunales de Salta sobre el derecho de propiedad del marquesado de Yavi; la conspiración de Figueroa, Plaza y otros unitarios argentinos, que se armaron en territorio boliviano; la supresión del correo boliviano con las provincias argentinas; por último dio a conocer sus pretensiones: el dominio de la provincia de Tarija.

BOLIVIA ORGANIZA EJÉRCITO

DE DEFENSA

Ante esta declaratoria de guerra, el gobierno de Bolivia, organizó un ejército a órdenes del general Otto Felipe Braun, quien colaborado por los jefes Agreda, Raña y O’Connor se puso en campaña, instalando su cuartel general en la Villa de Tupiza.

El gobierno de Buenos Aires, había organizado también sus fuerzas en doble número, cuyo mando encomendó al general Alejando Heredia.

ACCIÓN MILITAR

DE SANTA BÁRBARA

El 18 de septiembre de 1837 se realizó el encuentro entre ambas fuerzas, en el punto de Santa Bárbara, de la quebrada de Humahuaca. A los primeros disparos de la avanzada boliviana, los argentinos respondieron con otros, y a los pocos minutos abandonaron el cerro y emprendieron la fuga hasta Tucumán.

Las fuerzas bolivianas se internaron entonces hasta Chorrillos, punto situado a 80 leguas de la frontera boliviana.

Viendo el general Braun que los argentinos no daban señales y persuadido de que la guerra había terminado, retrocedió con sus fuerzas hasta cerca de la frontera, situándose en Yavi, donde permaneció con actitud pasiva durante los cuatro primeros meses de 1838.

DISOLUCIÓN DEL EJÉRCITO BOLIVIANO

En abril de este año, el general Santa Cruz fue al sur, avanzando hasta Moraya, distante 9 leguas de la frontera, y creyendo como Braun que la guerra con la Argentina había terminado, expidió el decreto protectoral de 18 del mismo mes, declarando concluida la campaña del sur, y ordenando que los cuerpos organizados con los voluntarios de Tarija y Chichas fuesen disueltos. Después de tomar algunas medidas para la pacificación del sur, Santa Cruz volvió a la República yendo a Cochabamba.

INVASIÓN ARGENTINA

A fines de mayo de 1838, el general Braun estaba en la Villa de Tupiza con las escasas fuerzas que le quedaban, después del licenciamiento de los voluntarios, conforme a la orden del Protector, cuando recibió aviso de que una división argentina compuesta de 900 hombres, al mando del general Gregorio Paz, había sorprendido a la guarnición boliviana de Acambuco, el 22 de mayo, y que después de esta hazaña continuaba su marcha sobre la frontera de Tarija.

LA BATALLA

Una guarnición boliviana de 260 hombres al mando del coronel Timoteo Raña, se hallaba de avanzada en Iruya, territorio argentino. El 11 de junio a las 5 de la mañana, esta fuerza fue atacada por una división argentina de 800 hombres, comandada por el general en jefe Alejandro Heredia. Los bolivianos corrieron a las armas, y después de 9 horas de lucha encarnizada, los argentinos fueron completamente derrotados…

Fuente: EL DIARIO, 11 de junio de 1928.

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