Siderurgia en Bolivia

Este asunto de la siderurgia se ha vuelto un asunto trillado, en la que todos, conocedores o no del tema, se dan el lujo de opinar. Y lo más que han hecho es dar largas a este asunto que resulta, después de todos los análisis, muy fácil de resolver.

Una verdad de Perogrullo es la necesidad de contar con esta industria de industrias. Sí, es verdad, incluso en la mayoría de países esta industria está subvencionada, porque dada su importancia, es vital tenerla funcionando, porque es la única palanca real del desarrollo, que da vida a este proceso, a pesar de que digamos que hay otros caminos de lo que se llama industrialización, como es el caso de la petroquímica. Aun en este caso de los procesos de la petroquímica, sus industrias están basadas en algo fundamental, que es el acero, parte componente de todos los demás procesos, hasta de la construcción.

El inicio de este proceso se fundamentó en la riqueza del sudeste, el Mutún. Sin embargo, quedando tan alejado este lugar, nada tiene en cuestión de servicios, menos carreteras, que son fundamentales, ni puertos. Y en este caso se hace imprescindible contar con un puerto de magnitud, ya que debe llevar hasta la pretendida planta siderúrgica, para instalarla, grandes volúmenes de carga, tanto en magnitud como en peso. Y si abundamos sobre los puertos, en la fecha existen cuatro de los mismos, que necesitan apoyo del Estado, para estar en condiciones de hacer un buen servicio para tal industria, ya que se necesita grandes muelles de recepción, extensas playas de almacenamiento para grandes volúmenes de carga entrante y saliente, y demás servicios auxiliares para su funcionamiento. Es necesaria la conexión del mismo con otras ciudades y puertos, como el caso aconseja, mediante ferrocarril, aviones (se requiere pistas), buenas carreteras. Y eso cuesta millones de dólares. Alguien decía que esta infraestructura, sólo para apoyar a la siderurgia, costaba alrededor de 500 millones de dólares.

Según últimas informaciones, hay una planta siderúrgica con una capacidad para 300 mil toneladas, que ha estado en funcionamiento. Y para hacerla funcionar, ya como propiedad del Estado, se necesita otros 58 millones de dólares para su reacondicionamiento. Este es el trabajo de la anterior gestión de la ESM, que entre otras cosas tuvo que preparar unas 800 mil toneladas de mineral para su venta y que están varadas en la planta. Estaríamos a un punto de lograr este anhelo largamente acariciado.

En más de 40 años se ha estado pregonando la importancia de la siderurgia, pero hasta ahora no da frutos. En cuestión de tecnología, la japonesa, de acuerdo con datos recientes, es la más provechosa, menos complicada y la más favorable, en comparación con las demás tecnologías, ya que provendría directamente de sus creadores y no por intermediarios.

Otro de los asuntos principales es que esta planta que necesita rehabilitación usa carbón vegetal, con las bondades establecidas anteriormente y que está “a la mano” y tendrá efectos multiplicadores como industria misma, en Santa Cruz y en el Chaco.

Lamentablemente, hay que reiterar algo. La importancia de industria madre, la siderurgia, así como su instalación con premura, no pasa únicamente por el Mutún, sino que hay otros yacimientos, como en el centro de Santa Cruz, que tienen mayores facilidades para explotarlos, contando con centros muy cercanos para aprovisionamiento de insumos, conexiones para su traslado y demás facilidades. Lo único importante es definitivamente instalar, de una vez, UNA planta, como inicio de lo que posteriormente se llamará el boom de la siderurgia en nuestro país, que nos llevará por el sendero del progreso y de la industrialización definitiva, con la seguridad de que en el futuro ya no estaremos vendiendo sólo materias primas, sino procesadas con ingenio, tecnología y manos bolivianas.