Un prorroguismo declarado

Mi colaboradora periodística me dijo con su habitual alegría: “Evo y yo continuaremos trabajando hasta que las velas no ardan”, frase que me sonó a enigmática porque en ese momento yo me hallaba meditando en la inmortalidad del homo sapiens, por lo que tuve que pedir a la cholita cochabambina una explicación de su contentamiento y felicidad que batieron sus polleras de este a oeste.

El motivo no era menudo, pues significaba nada más ni nada menos que la confirmación de algo que Macacha había proclamado hace mucho tiempo: ¡Evo es un Presidente Vitalicio!

En las vísperas de nuestro diálogo Evo había declarado a un periodista mexicano “que no se sentía preparado para retornar a su casa”, o a su chacra, dándonos a entender que seguiría luchando y haciendo política desde el Palacio Real de la plaza Murillo.

Tratando de aminorar la gravedad de esa declaración presidencial, dije a mi comadritay cochabambina que probablemente quiere hacerse el quedadizo hasta encontrar a un buen suplente, pero mi reportera que lo conoce muy bien porque analiza todas y cada una de las declaraciones me manifestó con seguridad: “no es ningún quedadizo, éste es de los que vienen y ya no se van… hasta que sienta el llamado de su chacra”.

Ya internados en el tema del prorroguismo que está de moda en nuestro país, le conté a la bambina cochabambina que gozo mucho con algunos episodios que suceden en alguna republiqueta, donde se registra el hecho de otro presidente imprescindible que mandonea los mismos años que Evo en el nuestro y que acaba de triunfar otra vez, pero ahora llevando como Vicepresidente a su propia esposa, episodio este que nos hizo sonreír.

La cholita cochabambina nacida en Quillacollo salió en defensa de los regímenes prolongados, contándome que la canciller Ángela Merkel maneja la política de Alemania Federal y lucha por continuar haciéndolo, su noticia podría enseñarnos que también las mujeres son prorroguistas y severas en su accionar, lo cual me hace soñar en una cholita, comadre mía, inspirada políticamente por Evo, para que un día llegue a ganar el premio Pulitzer.

Mientras tanto, yo seguiré preocupado ante al prorroguismo de nuestro presidente que se cree dueño del Palacio Real de la plaza Murillo, olvidando que no paga alquileres.