Baucis y Filemón

En la mitología griega encontramos este hermoso relato de una pareja con una vida muy ejemplar. Baucis, mujer pobre y anciana, vivía con su marido Filemón, tan viejo como ella, en una humilde choza con techo de paja. En cierta ocasión, Júpiter -dios del Cielo y del Tiempo- y Hermes –mensajero de los dioses- tomando forma humana recorrían la Frigia, como eran personajes extraños, eran rechazados en todas partes, sólo encontraron cariñosa acogida bajo el techo hospitalario de este viejo matrimonio.

Los buenos ancianos sirvieron a los dos viajeros una suculenta comida campestre con tanta cordialidad como prontitud. Al final del ágape, los dioses se dieron a conocer y, después de conducir a los piadosos esposos a una elevación que allí cerca había, les hicieron volver la cabeza y mirar el país que acababan de dejar.

Filemón y Baucis pudieron ver todos los alrededores sumergidos bajo el agua, excepto una choza que se había convertido en un templo magnífico. Los dioses habían hecho llegar el diluvio como castigo al egoísmo y a la maldad de los hombres.

Mientras Filemón y Baucis contemplaban sorprendidos aquella escena, Júpiter les prometió acceder a las peticiones que tuvieran a bien dirigirle. Los dos esposos le pidieron solamente ser durante el resto de sus vidas, servidores de este templo y morir al final los dos en un mismo instante.

Sus deseos tuvieron inmediata realización: les fue confiada la custodia del templo y al llegar a una extrema vejez fueron simultáneamente metamorfoseados: Baucis en tilo (árbol tiláceo) y Filemón en una frondosa encina (árbol de la familia de las fagáceas).