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Después del incendio

Comunarios de Sama luchan por superar pérdidas

• Continúan los planes de contingencia para ayudar a las comunidades afectadas • La Gobernación de Tarija y el Gobierno deben diseñar un plan maestro de rehabilitación de la Reserva de Sama


El incendio en Sama, que empezó el 9 de agosto y fue sofocado en los días siguientes, dejó más de 12 mil hectáreas quemadas en total.

Después del incendio ocurrido en la Reserva biológica de la Cordillera de Sama del departamento de Tarija, se activaron planes de contingencia de parte de todas las entidades públicas que apuntaban a ayudar a las comunidades afectadas en distintos aspectos urgentes, como forraje para los animales, agua y la reforestación de la superficie afectada.

Pese a ello, el sentir de los campesinos que fueron los principales afectados, es que más allá de las declaraciones en cámara, de las leyes, de las declaratorias de emergencia y de los anuncios que se hacen en los medios de comunicación, no se estaría cumpliendo con la ayuda acorde a la expectativa generada y que tal vez se les esté utilizando.

Según el informe oficial del impacto ambiental del incendio en Sama, que inició el 9 de agosto y fue sofocado en los días siguientes, fueron 12.675 las hectáreas quemadas en total, mientras que la afectación dentro de la Reserva de Sama llegó a 10.931 hectáreas.

En ese entonces, mientras los ciudadanos comunes subían a luchar contra las llamas, empezaron a surgir los anuncios de cooperación que se extendieron hasta después de haberse sofocado el fuego gracias a la unión de la población. Autoridades de los Gobierno Municipales, de la Gobernación, de la Asamblea Legislativa, de las Subgobernaciones y por supuesto del Gobierno salieron a la palestra a proponer colaboración.

Pasaban las semanas y se recibió una importante (pero insuficiente) dotación de forraje, de herramientas, de medicamentos, de semillas y de alimento balanceado para las comunidades afectadas.

En la provincia Méndez hay nueve comunidades que continúan sufriendo las secuelas de aquel fatídico incendio, mientras que en la provincia Cercado existen otras seis, todas las familias de la zona se dedican principalmente a la agricultura y a la ganadería de subsistencia vieron afectadas sus tomas de agua para consumo y riego así como los terrenos de plantas, donde solían alimentarse sus animales, especialmente en las faldas de Sama.

El País visitó la zona del desastre ocasionado por un incendio suscitado en la comunidad de Erquiz Ceibal (provincia Méndez), donde aún se puede ver la magnitud del daño en la naturaleza, al ascender por los cerros llenos de cenizas, donde persisten los rastros de la lucha que llevaron adelante los comunarios y citadinos para evitar que el fuego avance hacia las casas, cortando con hachas y machetes los árboles cercanos de los que ahora solo quedan tallos sobresalientes.

Sin embargo, en medio de ese paisaje donde prevalece el hollín, también se ve que brotan tímidamente algunas plantas, lo que genera esperanza en los habitantes del lugar, cuya fuente es nada más que la resiliencia natural de la vida.

Edelmira Humacata, comunario de Erquiz Norte, se desahoga contando cómo fue la lucha contra el fuego en aquel agosto que quedó para siempre en su memoria. Mira hacia los cerros negros y reniega de la mala suerte que tuvieron, pero también reflexiona y cuenta que cuando pasó el fuego las radios anoticiaban sobre la ayuda venidera, sobre las voluntades de los gobiernos nacionales y locales, algo que dice no dejaba que se sientan solos ante este desastre.

Pasaron los días, semanas y meses, y lamenta que hasta ahora lo único que recibieron fue algo de forraje, unas cuantas cisternas de agua y alimento balanceado para los animales que sobrevivieron, todo en base a un censo que apuntaba a cuantificar y recordarles cuánto perdieron.

El problema urgente que aún no tiene solución, es el agua para consumo, según cuenta doña Edelmira están teniendo un déficit porque el incendio afectó a las fuentes naturales de agua, y las cenizas contaminan las redes de abastecimiento, un problema en el que también se les prometió ayuda pero no se tiene resultados concretos.

En una posta de salud de las comunidades recorridas, se confirmó que al momento se interpretan como secuelas del incendio los casos de las enfermedades que están padeciendo principalmente los niños menores de 10 años, que llegan para ser atendidos generalmente por cuadros diarreicos a raíz de la ingesta de agua contaminada, además de conjuntivitis y otras infecciones en los ojos que el personal médico atribuye al viento que viene con cenizas de las montañas.

PLAN MAESTRO DE REHABILITACIÓN

El experto en medioambiente, prevención y atención de desastres naturales de la cooperación coreana, Dong Kyun Park, explicó ayer que la Gobernación de Tarija y el Gobierno nacional deben diseñar un plan maestro de rehabilitación de la Reserva de Sama, afectada por un incendio el pasado mes de agosto.

“En este momento la Gobernación debería trabajar en conjunto con el Gobierno central y parlamentarios para diseñar un plan maestro de rehabilitación de toda al área de Sama (…)”, informó en conferencia de prensa.

Park llegó a Tarija atendiendo una invitación de autoridades e instituciones del departamento para realizar una evaluación del incendio de agosto y establecer cómo se puede recuperar cerca de 12.000 hectáreas afectadas por el fuego.

El experto destacó la reacción de la Gobernación, del Gobierno nacional, de las instituciones y de la población para sofocar el fuego, tomando en cuenta que las condiciones topográficas no son adecuadas para realizar ese trabajo.

 
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